Desde hace al menos siete horas se lleva adelante en el predio de Tecnópolis la subasta de frecuencias del espectro radioeléctrico para servicios de comunicaciones de cuarta generación (4G) que cuenta con la presencia de  funcionarios de la Secretaría de Comunicaciones y de la Comisión Nacional de Comunicaciones, junto a representates de las cuatro empresas precalificadas.

Las expectativas por la puja económica radica en los lotes 8, 9 y 10 destinadas al espectro 4G, en las cuales las empresas Claro, Movistar y Personal «están pujando y están subiendo el precio», explicó el secretario de Comunicaciones, Norberto Berner. Por ellos son los lotes que se reservaron para subastar al final de la jornada.

Berner destacó la normalidad con la que se lleva adelante la subasta, según lo previsto y ajustado a derecho. Y ratificó que la propuesta base para la totalidad de los 10 bloques de frecuencias es de 1.960 millones de dólares y que la razonabilidad de la cifra tiene que ver con la inversión que va a requerir de parte de las empresas el despliegue de infraestructura para dar servicios de 4G.

Las cuatro empresas -de las nueve que compraron los pliegos- fueron preclasificadas por las autoridades nacionales y participan de la subasta de las bandas 698-806 MHz, 1710-1770 MHz y 2110-2170 MHz para la ampliación del servicio 3G y la implementación del 4G.

Berner consideró «como un gran día» la jornada de subasta de bandas 4G y el remanente 3G, al entender que se trata de «un proceso importante en el que se resalta el poder haber cumplido con los plazos, incluso a pesar de algunos palos en la rueda».

Los representantes de las empresas oferentes se encuentran reunidos en oficinas separadas, desde las cuales realizan la puja económica para la asignación de frecuencias a través de formularios que son recolectados por funcionarios de la Escribanía General de la Nación.

Los ejecutivos debieron entregar sus teléfonos antes de ingresar a las salas de cada empresa, ya que la intención es que no tengan comunicación con sus colegas y competidores.

Berner explicó que en lo que va de la jornada se concretó la oferta del primer lote entrante con un solo precalificado que es la empresa Arlink, proceso que «se cumplió con el precio base«, lo que la confirma como una nueva operadora de servicio de telefonía móvil en el país.

Se trata de un bloque de 20 megas para servicios de tercera generación, y otros 40 megas que se dividen en partes iguales en las dos diferentes frecuencias previstas por los pliegos.

El entrante, al no tener redes de antenas para dar servicios de comunicaciones móviles cuenta además con seis meses más en la primera etapa de despliegue de infraestructura.

Los lotes 2 a 7 son los correspondientes a la ampliación de servicio 3G para el cual «no había puja, sino que las empresas Personal y Claro iban por lotes distintos, y que permitirá mejorar todo el servicio de 3G», agregó Berner.

Movistar no participa de la subasta de esos bloques porque ya tiene el cupo de frecuencias permitido para servicios de 3G. En cambio, los bloques 8, 9 y 10 son el plato fuerte de la licitacion, los dos primeros cuentan con 50 megas y el décimo con 40, según explicaron expertos del sector.

Airlink no compite por estos tres bloques porque el bloque exclusivo para el operador entrante incluye las frecuencias de cuarta generación. Movistar, Personal y son las que compiten por estos tres bloques de frecuencias.

Formalmente a las 12.05 se inició el proceso de subasta, con una simulación para una hora y quince minutos más tarde iniciar a puertas cerradas la puesta en oferta de laso 10 bloques de frecuencias.

Al promediar la tarde, se confirmó que la Secretaría no difundirá hoy los montos resultantes de la subasta, y que la asignación de las licencias se concretará a mediados de noviembre.

En general las empresas designaron para la subasta a dos hombres de legales, uno financiero y el cuarto del área de regulación.

Durante la tarde los ejecutivos que acompañaron a estas delegaciones, optaron por recorrer los stands de la muestra gastronómica RAIZ que se realiza en el mismo predio, para relajar la tensión. «es peor que una sala de partos», bromeaban los ejecutivos de las cuatro empresas.