«Pensar que un algoritmo va a detectar mentiras es ingenuo: al estudiarlo y probarlo se encuentran formas de evitar su bloqueo», analizó el periodista y escritor Esteban Magnani.

El especialista se refirió de esa manera al estudio realizado por el estadounidense Pew Research Center con encuestas a 1.116 tecnólogos, científicos y pensadores de distintos países para entender si el ecosistema informativo podría -y las formas en que debería hacerlo- mejorar en los próximos 10 años.

La pregunta que guió la investigación fue: «En los próximos 10 años ¿surgirán métodos de confianza para bloquear las narraciones falsas y permitir que la información más precisa prevalezca en el ecosistema de información general? ¿O se deteriorará la calidad debido a la propagación de ideas inestables, a veces incluso peligrosas, socialmente desestabilizadoras?».

«Coincido con la visión más pesimista que me parece bien fundamentada», afirmó Magnani en diálogo con Télam, y sostuvo que «quien tenga mayor poder técnico también tendrá más poder para imponer su voz en la red».

«Poco queda de ese paraíso de democracia que prometía la red en sus comienzos (aunque, por supuesto, existan sitios con buenas prácticas que a veces se usan para legitimar al conjunto, aunque no sean representativos)», afirmó.

En este sentido, consideró que las tecnologías orientadas a la ganancia y la manipulación social explotan particularmente «la mentira y mantenerse en la zona de confort», y que «las hipertorfian como un músculo que es permanentemente estimulado».

«También estos usos favorecen el mantenerse dentro de la zona de confort como algo valorado socialmente: yo digo cualquier barbaridad porque ahora todos las dicen desde detrás de sus monitores cuando antes nos las habríamos callado. Eso deprime aún más el nivel del debate y se expande hacia otros medios como la televisión o un diario: por eso, creo, en parte ahora se aceptan cosas que en otro momento donde nos gustaba la idea de superarnos de ser mejores, estaban instaladas», afirmó.

Respecto de la problemática evaluada por el Pew Research Center, Magnani dijo que «el tema no son sólo las noticias falsas, sino también, y sobre todo, la imposibilidad de sacar conclusiones en una cancha totalmente embarrada. Más fácil que instalar un relato es instalar miles de relatos contradictorios y con cualquier tipo de verosimilitud hasta saturar el ‘mercado’ para quien esté desprevenido».

Sin embargo, el escritor sostuvo que «la realidad sigue existiendo», por lo que «por mucho que se reprima una versión ‘verdadera’ o, al menos, más cercana de la realidad, si los relatos no encajan en ellas esa disonancia terminará estallando de alguna forma. En ese sentido no dejar que se lidie con la realidad puede hacer que se junte presión que termine estallando de formas inesperadas».

Asimismo, manifestó su creencia de que «se generarán algunos ‘anticuerpos’ para no creer todo lo que se lea en Internet. Pero posiblemente eso sólo aumente el escepticismo, lo que lleva a que uno crea lo que ya creía, es decir, más del mismo problema. La velocidad, las modificaciones técnicas y de usos en Internet hacen muy difícil acumular conocimiento útil si uno no se dedica a ello».

Fuente: Telam