Los términos exactos del acuerdo no han sido revelados, aunque sí ha trascendido que Amazon eliminará con carácter inmediato todas las sanciones que había aplicado a los libros de Hachette, como no permitir la opción de precompra o tardar más de lo habitual en entregar los títulos a los compradores.

La tienda virtual Amazon y la subsidiaria estadounidense de la editorial francesa Hachette anunciaron el viernes pasado que se pusieron de acuerdo sobre el precio de los libros electrónicos. Este arreglo pone fin a varios meses de disputas por las que Amazon llegó a poner trabas a la venta de títulos de la editorial.

Ambas empresas, a través de un comunicado conjunto, anunciaron que el acuerdo que pone fin a los problemas entre ambas entrará en vigor a principios del año que viene. Entre otras cuestiones, resalta que será Hachette quien fije los precios de los libros electrónicos, aunque la editorial obtendrá ventajas de Amazon si éstos son bajos.

«Son buenas noticias para los autores. El nuevo acuerdo beneficiará a los escritores de Hachette durante los próximos años, ya que da a Hachette una gran capacidad de marketing para con uno de nuestros socios más importantes en la venta de libros», indicó el consejero delegado de Hachette Book Group, Michael Pietsch.

El vicepresidente de Kindle de Amazon, David Naggar, por su parte, se felicitó por un acuerdo que «incluye incentivos financieros específicos para que Hachette ofrezca precios bajos, lo que es una gran victoria para los lectores y los autores».

Los términos exactos del acuerdo no han sido revelados, aunque sí ha trascendido que Amazon eliminará con carácter inmediato todas las sanciones que había aplicado a los libros de Hachette, como no permitir la opción de precompra o tardar más de lo habitual en entregar los títulos a los compradores.

Amazon y Hachette se habían enzarzado en agrias y en ocasiones públicas discusiones desde hace varios meses a causa del precio de los libros electrónicos, que Amazon consideraba demasiado elevados, y del reparto de lo recaudado por cada venta entre el distribuidor (Amazon) y la editorial y los autores. A causa de este conflicto, la subsidiaria estadounidense del grupo francés vio cómo sus libros encontraban mayores dificultades que el resto para ser vendidos a través de Amazon. Entre otras medidas, se eliminó la posibilidad de que los usuarios pudiesen comprar libros de Hachette antes de que estos saliesen a la venta y recibirlos el mismo día en que estuviesen disponibles, se redujeron los descuentos y aumentó el tiempo de entrega de los títulos de la editorial.