Según un artículo publicado esta semana por The New York Times, nuestro país es uno de los mercados preferidos para reclutar talento hacker. La creatividad es una de las cualidades que se destacan.

Empresas y gobiernos de diferentes lugares del mundo acuden al talento de los expertos en informática argentinos para que evalúen las fortalezas y vulnerabilidades de sus propios sistemas y los ayuden a prevenir potenciales ataques.

«Argentina se ubicó en el mapa como el país que produce los mejores hackers«, afirmó a The New York Times, Sinan Eren, ejecutivo de la empresa Avast, quien había participado de la Eko Party, la conferencia de seguridad informática que se hace cada año en el país y que reunió a unos 1600 expertos en su última edición.

Al intentar explicar las razones del talento argentino en esta disciplina el diario estadounidense se remite a la frase «lo atamos con alambre«, que cita en español, y afirma que parte de la inventiva criolla es propia de quienes aprenden a hacer mucho con muy poco en contextos no siempre favorables. Además, el diario suma una declaración de la diputada Norma Morandini quien en su intervención durante la última Eco Party había dicho que quienes crecieron bajo las restricciones de la última dictadura militar «tuvieron que aprender a moverse en los márgenes de la ley«, con lo cual los argentinos habrían desarrollado una habilidad especial para encontrar huecos en los sistemas.

No obstante, algunas cifras sobre el desarrollo del sector informático en el país, permiten completar las interpretaciones anteriores. Según datos de la Cámara de Empresas de Tecnología de Información de Argentina (CESSI) entre 2003 y 2013 el número de empresas que integran el sector de Software y Servicios Informáticos creció un 132% y pasó de 1852 a 4288 al final del periodo. Por su parte, el empleo «la variable de mayor sustento para entender el crecimiento del sector y su potencialidad» creció un 301% entre 2003 y 2014 a una tasa anual promedio del 13,8%, mientras que  las ventas totales en dólares estadounidenses crecieron un 235%, a una tasa anual promedio del 12,3%, afirma la cámara empresaria.