Con el aumento de los pagos digitales, el cierre de cajeros automáticos y sucursales bancarias, predicen que Australia se quedará sin efectivo en los próximos años.

La desaparición de cajeros automáticos y terminales de punto de venta, está marcando un cambio significativo en la forma en que los australianos realizan transacciones financieras, con el Banco de la Reserva revelando que el uso de efectivo se ha reducido a la mitad, especialmente entre personas mayores y aquellos que viven en áreas regionales.

En el último año el valor del efectivo en circulación en Australia disminuyó un 1%, marcando la mayor caída en dos décadas, afectando a todas las denominaciones de billetes, excepto el billete de 100 dólares.

Este declive en la cantidad de billetes circulando se traduce directamente en una reducción de puntos de acceso para quienes desean utilizar efectivo, y las autoridades advierten que las personas en áreas aisladas o regionales podrían enfrentar cada vez más dificultades para mantener efectivo en sus billeteras.

Según el informe anual del Banco de la Reserva, el uso de efectivo para transacciones en persona, ha disminuido del 32% en 2019 a tan solo el 16 % el año pasado.

A lo largo de todos los grupos demográficos, se ha observado una disminución en el uso de efectivo, aunque la caída más pronunciada se encuentra entre aquellos que tradicionalmente eran grandes usuarios de efectivo, como las personas mayores, aquellas con ingresos más bajos y los habitantes de áreas regionales.

El auge de los sistemas de pago digitales ha sido una tendencia creciente, impulsado por la conveniencia y la seguridad que ofrecen. Las tarjetas de débito y crédito, los pagos móviles y las transferencias electrónicas se han vuelto cada vez más populares, lo que ha llevado a una disminución en la dependencia del efectivo.

Esta transición hacia métodos de pago digitales no solo se observa en Australia, sino en muchas partes del mundo, donde la tecnología y la conectividad han allanado el camino para una economía sin efectivo. Sin embargo, esta transformación plantea desafíos para aquellos que aún dependen del efectivo, especialmente en regiones alejadas donde la infraestructura digital puede ser limitada.

Fuente: Somos Beat