El Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictaminó que las criptomonedas pueden ser intercambiadas libres de impuestos como el resto de las monedas convencionales.

En su sentencia, el Tribunal dictaminó que no debe aplicarse IVA a las operaciones de compraventa de bitcoin. De esta forma, le otorga el mismo tratamiento que a otras monedas de curso legal. Las operaciones de cambio de divisas tradicionales por unidades de la divisa virtual bitcoin (y viceversa) «están exentas de IVA en virtud de la disposición de la normativa europea sobre las operaciones relativas a las divisas, los billetes de banco y las monedas que sean medios legales de pago”, afirmó el Tribunal.

El caso se originó cuando David Hedqvist, un ciudadano sueco, que planeaba prestar el servicio de cambio de bitcoin por monedas convencionales como euros o dólares, consultó a la Comisión de Derecho Fiscal de su país si debía abonar IVA por esa transacción. Tras diferentes instancias en la justicia de Suecia, el caso llegó finalmente hasta el máximo Tribunal europeo cuya sentencia se conoció ayer.

De acuerdo con este dictamen, los bitcoins son monedas virtuales de uso legal. “Según esta Comisión, bitcoin es un medio de pago que se usa de modo análogo a los medios legales de pago, por lo que las operaciones que el Sr. Hedqvist proyecta realizar deben estar exentas del IVA”, agregó la sentencia.

Entrevistado por Bloomberg, Simon Dixon, CEO de Bnktothefuture.com, una plataforma de inversión en productos financieros alternativos, afirmó que la sentencia «es una muy buena noticia», y explicó que si bitcoin tuviera que pagar IVA eso la haría «una moneda inferior a otras, por lo tanto las implicancias de ser tratada como una divisa es que puede circular libremente», afirmó.

Bitcoin es un tipo de divisa digital descentralizada que puede enviarse a través de Internet. Se transfiere de persona a persona en la Web, sin bancos intermediarios. Aunque su aceptación se ha extendido en los últimos años, la falta de definiciones sobre su naturaleza y regulación despierta la desconfianza en el sector de las finanzas tradicionales, que desalienta su uso.