A fin de 2013 la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel) chilena llamó a concurso público para licitar tres concesiones en la banda de 700 MHz, que se detinaría a proveer servicios de telefonía móvil de cuarta generación (4G).

La adjudicación de 700MHz fue duramente criticada por muchos sectores argumentando que era apresurada y solo podían cumplir los requisitos los tres operadores dominantes: Entel PCS, Claro y Movistar. Esta se traduciría en la consolidación de su posición y cerraría las puertas del mercado.

Finalmente a comienzos de 2014 solo los tres operadores dominantes se postularon al concurso de 700 MHz y cada uno se adjudicó un segmento de la banda. El resultado de esto es un proceso de adjudicación apresurado que en lugar de aumentar la competencia, favoreció el acaparamiento de espectro por parte de los operadores dominantes, y estableció condiciones inviables para otros interesados.

En ese sentido, la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios de Chile (Conadecus) presentó una demanda ante el TDLC en marzo de 2014, en contra de los tres operadores dominantes, por acaparar espectro y estorbar así la libre competencia.

Por su parte, el operador Telestar presentó un recurso judicial ante la Corte de Apelaciones de Santiago, para oponerse al otorgamiento de las concesiones de 700 MHz a los tres operadores dominantes.

Ambas acciones han retrasado la adjudicación de la banda de 700 MHz en Chile, lo que generó una campaña comunicacional de los operadores dominantes, para hacer ver a la opinión pública que Conadecus y Telestar están obstaculizando el desarrollo de la telefonía móvil, afectando la calidad de servicio dificultando el cierre de la brecha digital y perjudicando a los consumidores chilenos.

Pese a ello, no son esos los motivos por los cuales la calidad decreciente que muestra hoy la telefonía móvil en Chile. La capacidad de tráfico de las actuales redes se puede aumentar en el corto plazo, incluso con mayor eficiencia, mediante otras acciones, como por ejemplo el uso intensivo de la banda de 2.600 MHz, que ya está en manos de los tres operadores dominantes y que todavía tiene poco uso; la celebración de contratos de “roaming” recíprocos para acceder a la banda de 2.100 MHz; el aprovechamiento de la tecnología Wi-Fi, que operadores de otros países están empleando con éxito para descongestionar sus redes; o bien la instalación de pequeñas estaciones base en el interior de edificios, centros comerciales y oficinas, que es una mejor forma de lograr cobertura “indoor”.