El Foro de Gobernanza de Internet sesionó por primera vez en Argentina. Diferentes sectores dialogaron en “pie de igualdad» sobre la evolución de Internet.

Durante los días 24 y 25 de octubre se realizó el primer Foro de Gobernanza de Internet en la Argentina (IGF), un espacio que reúne a todas las partes interesadas del ecosistema de Internet para discutir sobre su gestión y evolución.

La viabilidad de la libertad de expresión en internet, el rol de los intermediarios privados en su gestión y la posibilidad de instaurar la conectividad como un derecho humano concentraron parte del debate realizado entre académicos, miembros del sector privado y del Gobierno, según lo publicado en Télam.

El primer IGF Argentina busca “consolidar el ecosistema de actores en el país, promover una agenda de trabajo conjunto e incentivar un diálogo plural y abierto”, sostuvieron desde un comunicado.  “Este espacio funcionará como instancia preparatoria para el IGF global, que este año tendrá lugar en diciembre en Guadalajara, México“, agregaron.

«El mundo hoy está absolutamente interconectado, multicultural y ultrapluralista (o debería serlo) y todo intento por disciplinar u homogeneizar las opiniones representa, para mí, un sinónimo de autoritarismo», remarcó Eduardo Molina Quiroga, director de la carrera de Derecho Informático de la UBA, durante el panel «Derechos humanos en Internet: libertad de expresión y privacidad».

«Desde esa perspectiva, la libertad de expresión puede ser un instrumento formidable y, especialmente, en un entorno como internet que no reconoce fronteras y en el cual cada usuario se ha convertido en productor de contenidos», agregó el directivo.

«Somos muchos los actores privados y uno de los puntos que me gustaría mencionar es el rol de los intermediarios en la arquitectura de Internet», subrayó Eleonora Rabinovich, gerenta de Políticas Públicas en Google Cono Sur. Rabinovich destacó que una de las acciones clave en este sentido es pensar cuáles son las políticas públicas o regulaciones que generan los incentivos adecuados para que se proteja la circulación de información.

Uno de los caminos citados por el académico tiene que ver con lograr «que todas las herramientas y plataformas que han contribuido a incrementar el acceso a la información, la democratización de la cultura y la libertad de expresión tengan las menores restricciones posibles».

«Esto no significa que uno puede hacer lo que quiera, sino que debe haber responsabilidad en aquellos actos que claramente sean ilícitos. Estos actos ilícitos requieren un esfuerzo muy meditado de tipificar, es decir, describir estricta y rígidamente la conducta que debe rechazarse o sancionarse», explicó Eduardo Molina Quiroga.

Por su parte, Vladimir Chorny, de la asociación civil R3D (que defiende los derechos digitales), resumió que «el acceso a Internet tiene que empezarse a pensar como un derecho humano en sí mismo».