Los turnos en la planta de Tierra del Fuego se redujeron a la mitad producto de la baja en el consumo de electrónica a escala local, según publicó Infotechnology.

Durante el primer semestre el consumo cayó un 25% a 30%, según explicaron. Después de que las fábricas consiguieran las divisas para «producir durante las elecciones presidenciales», acumularon un stock que luego no pudieron vender.

Por esta razón, el gobierno «está analizando en profundidad el régimen». Pretende cuidar el empleo pero busca que bajen los precios de los productos, bajar el costo fiscal de la promoción industrial (de unos $30.000 millones), elevar la productividad del sector y diversificar la producción de la provincia (aporta 35% de la recaudación)», según Verónica Dalto.

Se estima que el régimen continuará hasta 2023 pero no si se reducirá a la protección de TV, celulares, aires acondicionados y microondas o si se permitirá una cuota de importación de estos productos.

Días atrás el ministro de Comunicaciones Oscar Aguad llamó a terminar con las ensambladoras de celulares y opinó que «Tierra del Fuego es un problema«. Sus dichos despertaron las críticas de su propio bloque en la Legislatura Provincial, donde lo trataron de «ignorante«.

En declaraciones a América TV, advirtió: «iPhone no llega (al país) porque no tiene ensambladora en Tierra del Fuego, tiene un alto impuesto para ingresar sus productos y además, tiene un impuesto tecnológico«. Y concluyó: «Es decir, hay como un sistema que protege a las empresas de Tierra del Fuego, por eso es un problema Tierra del Fuego».