Mientras la empresa busca nuevo crecimiento, se ha unido a ciudades y agencias de transporte en EE.UU., Canadá, Gran Bretaña y Australia para ofrecer pasajes para trasladar a personas discapacitadas o, a veces, para sustituir por completo el sistema de transporte público.

Desde 2015, Uber ha firmado más de 20 tratos de transporte. El esfuerzo está siendo impulsado por Dara Khosrowshahi, director general de la empresa, quien imagina a Uber como la única parada para traslados en auto, bicicleta, scooter, colectivo o tren.

Uber se ha publicitado a sí misma como capaz de ofrecer traslados más baratos y flexibles, especialmente en sitios donde escasea el transporte público. Pero combinar los traslados privados con sus propios servicios incomoda a algunos funcionarios municipales.

“Hay verdaderas dudas respecto de las colaboraciones que podrían terminar por hacer que los usuarios se alejen del transporte público”, dijo Adie Tomer, del Instituto Brookings, en Washington, quien estudia el uso de infraestructura.

Las colaboraciones de Uber con el transporte público varían según el lugar. Pero, en la mayoría de los casos, las ciudades utilizan la red de conductores de la compañía para brindar traslados en zonas que no tienen rutas de colectivos confiables. En Denver, la unión se centra en la venta de boletos más que en los traslados en auto. A través de la app de Uber, la gente tiene una nueva forma de comprarlos y obtener información sobre los horarios de tren y colectivos.

Uber no percibe dinero de la venta de boletos, pero se beneficia cuando quienes los compran, como Ellis, usan la app para reservar el traslado de la estación de tren a su destino.

 

Fuente: Clarin