La decisión de la Comisión Federal de Comunicaciones ha sido calificada por sus detractores como “una guerra abierta” contra la idea de una Red abierta y libre.
La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) liderada por el Partido Republicano dio el primer paso para desmantelar las protecciones a los usuarios establecidas por la gestión anterior en el año 2015, así como la regulación a la que deben atenerse los proveedores de Internet en Estados Unidos.
La FCC aprobó por dos votos contra uno iniciar el proceso para revisar las normas que regulan el acceso a la red y la actividad de las empresas que lo proporcionan. La decisión abre un plazo de 90 días para que los ciudadanos se pronuncien ante la FCC. Organizaciones civiles y legisladores también pueden enviar sus opiniones.
La batalla por la neutralidad en la red cuenta con dos bloques enfrentados: un bando está compuesto por las empresas proveedoras de Internet con el apoyo de los legisladores republicanos, que consideran que un exceso de regulaciones dificulta la innovación y el crecimiento económico de estas compañías. En el otro están las principales organizaciones civiles del país, así como los legisladores demócratas y un reducido sector empresarial que alega que la neutralidad es el único principio que garantiza que todos los usuarios tengan un acceso igualitario a la Red.
Las regulaciones aprobadas en la era Obama para proteger la neutralidad en Internet prohíben a las empresas proveedoras ralentizar la velocidad de conexión en función del precio que pague un usuario o el contenido que esté consultando.
“Este es el comienzo de un nuevo capítulo en el debate público sobre cómo podemos mantener un Internet abierto y libre al mismo tiempo que nos aseguramos de que los proveedores tienen fuertes incentivos para crear la próxima generación de redes y servicios a todos los estadounidenses”, sostuvo el presidente de la FCC, Ajit Pai.
Pai alega que las protecciones establecidas en 2015 eran excesivas y que EEUU debe regresar a las medidas de los años 90, cuando el marco era prácticamente inexistente.
Fuente: El País