Seis asociaciones que trabajan para la inclusión de las personas sordas e hipoacúsicos, lanzaron una campaña para promover el subtitulado en la televisión argentina (abierta y por cable), en virtud de lo que dispone la Ley de Medios en materia de accesibilidad y de que “la gran mayoría de personas con discapacidad auditiva desconocen el lenguaje de señas”.
La campaña esta liderada por la Fundación San Francisco de Asís; Mutualidad Argentina de Hipoacúsicos; la Asociación Cherchen Yaich, la Agrupación Caminos hacia la Integración social; la Asociación Civil Voces en el Silencio y la Agrupación de Sordos, hipoacúsicos e implantados cocleares de La Pampa.
Concretamente, la campaña consistirá en materiales informativos y de concientización divulgados por las redes sociales, folletería, reuniones con las gerencias de medios televisivos y servicios de televisión por cable, así como apariciones en medios.
En Argentina existen actualmente dos formas de subtitulado: el que viene inserto en el material enlatado de origen (serie o película) y el segundo que es lo que se llama “close caption” (CC) , sistema por el cual un operador tipea o escribe lo que escucha en tiempo real, y estas palabras aparecen en la parte inferior de la pantalla, en letras blancas sobre fondo negro.
La presidenta de la Fundación San Francisco de Asís, Rosario García, explicó a Télam que los s canales de televisión abierta que tienen CC son la Televisión Pública, Canal 9, Canal 11, Canal 13 “y a veces América TV”, pero “ninguno de los canales de cable nacionales”, mientras que las señales de cable internacionales se emiten cada vez menos con este servicio.
“Y esto en el interior es mucho más grave, porque retransmiten programas de los canales de aire de Buenos Aires, pero sin el subtitulado oculto y todo lo que se produce localmente, es sin CC”, contó.
García explicó que, en el caso de las señales de cable internacionales, la responsabilidad por la cada vez más pobre presencia de subtítulos es de las empresas prestadoras locales, que prefieren emitir la versión doblada al español de los programas, en lugar de la subtitulada, o no agregar subtitulado oculto propio.
Actualmente, las señales de cable internacionales tienen “menos de un 7 por ciento de la programación con algún subtitulado”, lo que motivó sendas reuniones con Cablevisión y Telecentro «donde quedaron en darnos las razones técnicas, pero no hemos tenido una respuesta todavía”, contó.
Y la traducción simultánea en lengua de señas (LSA) no es una solución, porque “la gran mayoría de personas con discapacidad auditiva desconocen esta lengua y así quedan aislados de toda iniciativa”, dijeron los organizadores en un comunicado.
“Hay una concepto equivocado en la sociedad sobre la LSA porque las personas que han quedado sordas más tardíamente no las usamos; además hay niños que fueron oralizados (aprendieron a leer los labios y a hablar) y tampoco la usan; y hay quien usa LSA pero prefiere leer porque así su vocabulario se amplía», dijo.
Según los organizadores, “diversos estudios demuestran que el 60 por ciento de la información y conocimiento que adquiere una persona se obtiene por vía auditiva” y “así como se lucha por conseguir los auxiliares auditivos, ya sean audífonos o implantes cocleares”, hace falta luchar para que no se escatimen los recursos de lectura que permitan subsanar esa carencia, “y los subtitulados en TV son lectura diaria, al alcance de todos«.
El derecho al acceso a la comunicación está especialmente especificado y reconocido en la Convención para los Derechos de la Persona con Discapacidad, que tiene rango constitucional desde el año 2014 por Ley 27044, y por el artículo 66 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que establece subtítulos obligatorios en programas de interés general, educativos, culturales e informativos.