El encuentro del Foro de Cultura Digital se llevó a cabo durante dos jornadas en las que se analizaron cuatro ejes: el económico, técnico, legal y cultural. El resultado del debate servirá para definir una Agenda Digital de políticas públicas para el país.
Los días 14 y 15 de octubre se llevó a cabo el Foro de Cultura Digital en el Centro Cultural Kirchner, donde se debatieron durante dos encuentros cuatro ejes fundamentales para la conformación de una agenda digital: económico, técnico, legal y cultural.
El primer encuentro se realizó el miércoles 14 a partir de las 17, en el que se desarrollaron los primeros dos ejes. El económico se tituló «¿Quién paga la cuenta? La generación de valor en el mundo digital» y el panel estuvo compuesto por Peter Jenner, ex manager de Pink Floyd y actualmente a cargo de Sincere Management; Natalia Calcagno, directora Nacional de Industrias Culturales; Sam Lanfranco -videoconferencia-, miembro de ICANN por la sociedad civil; Mariano Zukerfeld, investigador de UBA-CONICET; y Ariel Graizer, de la Cámara Argentina de Internet.
Mientras que Lanfranco enfocó su exposición en remarcar que, en internet, «lo gratis no existe» a diferencia del marketing de diversas compañías del sector, y de explicar el rol que juega la información de los usuarios y el valor que adquiere en la actualidad, Natalia Calcagno hizo foco en las nuevas formas de acceso que existen en la actualidad, que es «instantáneo, múltiple y convergente».
Con respecto a los cambios en la producción y distribución de contenidos y de las declaraciones que repite permanentemente la industria musical y cinematográfica en la que denuncian que estos cambios están generando una «crisis económica» en sus sectores, Calcagno aseguró que «no es tan así» y mencionó que SADAIC ha incrementado sus ganancias en un 25% en este contexto.
Finalmente, Natalia Calcagno habló de la existencia de un usuario que «está dispuesto a pagar y a invertir en cultura» y cuestionó el fenómeno de la concentración de poder en el mundo digital.
Por su parte, Mariano Zukerfeld planteó la existencia de cuatro esferas de los bienes culturales y se refirió a la ley 11.723 de Propiedad Intelectual argentina, sobre la que aseguró que «es espantosa y hay que modificarla cuanto antes».
Ariel Graizer se enfocó en la velocidad de conexión y en que, ahora, los contenidos se acercaron a los usuarios finales sin que él tuviera que salir de su casa, pero resaltó la importancia de la Gobernanza de internet para determinar quién administra los recursos críticos.
Finalmente, el panel lo cerró Peter Jenner, quien, a partir de su experiencia en la industria musical, aseguró que «el copyright ha muerto» y que debe existir otra manera de retribuir a los creadores por su trabajo, ya sea directa o indirectamente. Se refirió principalmente a la música online, a través del modo streaming o del storage -almacenamiento- de los contenidos y propuso pensar en las soluciones para dentro de 10 años, intentando pensar en qué pasará en el 2025.
«Hay que dejar de pensar que podemos controlar cada uso. No podemos controlar las copias. Copiar es lo que hace internet», reflexionó Jenner. Para cerrar, concluyó, refiriéndose a los representantes de la industria de la música: «Hay que empezar a aceptar la realidad y dejar de pensar cómo nos gustaría que fuera, las copias existen», y afirmó que los artistas deben cobrar pero que ese dinero no debe salir del copyright, ya que el copyright y los derechos de autor «solo sirvieron para las empresas, no para los artistas».
El eje de la tecnología o la técnica fue titulado «El medio es el mensaje. Mutaciones de la cultura en la era digital» y estuvo compuesto por Hernán Casciari, de Editorial Orsai; José Luis Fernández, docente de la UBA; Natalia Zuazo, autora del libro Guerras de Internet; y Pablo Capilé, del proyecto Midia Ninja, de Brasil.
Capilé, en un muy claro portugués, explicó el proyecto Midia Ninja y habló de la actual crisis de los intermediarios y de la importancia de que emerjan creadores de contenidos más diversos para enfrentar a la concentración actual de las diversas industrias, tanto de la música como de los medios de comunicación.
En la línea de la convergencia de plataformas, Fernández analizó el fenómeno de la FM Vorterix y su transformación desde que se lanzó la radio hasta la actualidad y cómo se fue modificando su espacio de audio, video y de interacción con el público.
Natalia Zuazo, por su parte, relató su experiencia personal y profesional durante la investigación que realizó para su libro lanzado en septiembre de 2015, Guerras de Internet, y destacó la importancia de entender cómo funciona el entramado técnico, las redes, los cables y los nombres completos de las compañías que están detrás de esa infraestructura que nos conecta con el resto del mundo día a día.
Entender eso, aseguró Zuazo, es ver la red de poder y entender la importancia que tiene ese sector que suele estar invisibilizado por quedar por detrás de los grandes nombres del sector tecnológico, como Google o Facebook, por nombrar solo dos.
Finalmente, Hernán Casciari, a través de una de sus historias, relató lo que significa para él la posibilidad de crear obras y comunicarlas instantáneamente al público lector, también sin intermediarios y sin demoras. Habló del entusiasmo que siente al poder compartir, a medida que escribe, cada cosa que piensa y cómo sus lectores adquieren una participación activa al contestarle y hasta corregirle esos textos.
La primera jornada no dio demasiado tiempo para el debate, por lo que el espacio del foro quedó un poco limitado, debido a la gran cantidad de personas que habían participado. Sin embargo, hubo en ambos paneles, espacio para preguntas y comentarios que aportaron diversidad de miradas sobre los temas de ambos ejes.
El segundo día comenzó con la joya esperada por muchos de los asistentes, ya que se realizó la videoconferencia con Julian Assange, creador de Wikileaks, quien expuso sobre diversos temas, desde la propiedad intelectual y la libre circulación de la cultura en la era digital hasta los gobiernos y la cibervigilancia.
Sobre este último tema, Assange afirmó: «Argentina debería liderar la discusión sobre cibersoberanía en la región, construir una nueva narrativa sobre el futuro tecnológico, como lo hace Sillicon Valley» y, como ejemplo, sugirió que podría suceder en la actualidad si el conflicto por las Islas Malvinas fuera en esta época: «Inglaterra no sólo usaría su cibercontrol para el contraataque sino que aplicaría presión para que Argentina recibiera sanciones electrónicas».
El cierre del Foro lo dio el eje legal a través del panel titulado «Entre piratas y corsarios. Los derechos de autor en la era digital», del que participaron Peter Sunde, uno de los creadores de The Pirate Bay; Víctor Yunes, miembro de SADAIC; Martín Becerra, docente e investigador de la UBA y la Universidad de Quilmes; y Niv Sardi, integrante del equipo actual de desarrolladores de PopcornTime.io, la plataforma para ver contenidos audiovisuales vía streaming.
Niv Sardi relató el trabajo que realizan para llevar adelante PopcornTime y destacó la importancia de tener en cuenta que lo que ofrece la plataforma es una mejora en la experiencia de los usuarios, al igual que hace Netflix. Sin embargo, remarcó que es importante tener en cuenta que «si se reduce el costo de la tecnología, se reduce el costo del acceso» y que «Netflix tiene una infraestructura muy costosa» a diferencia de PopcornTime.
Lamentablemente, y en contra de lo que algunos de los participantes del Foro estaban esperando, el aporte del representante de SADAIC no resultó demasiado relevante al momento de encender el debate en torno a los derechos de autor en el mundo digital. Yunes se limitó a repetir lo que la institución continúa defendiendo en cada aparición pública: «los derechos de autor en Argentina protegen a los autores y les garantizan una retribución» y no ofreció respuestas satisfactorias frente a las preguntas o cuestionamientos del público.
Por su parte, Martín Becerra analizó el conflicto que existe entre las regulaciones de derechos de autor frente a los Derechos Humanos de libre acceso y participación en la cultura y destacó que «no está probado que los derechos de autor promuevan la innovación ni la remuneración».
Finalmente, la exposición de Peter Sunde atravesó diversos temas, como, por un lado, el surgimiento de The Pirate Bay hasta el juicio y la cárcel y sobre lo que reforzó la idea de que las reglas deben ser modificadas para que los ciudadanos dejen de ser considerados criminales por copiar y compartir cultura.
Destacó que, mientras la tecnología avanza para permitir que cada vez exista una cultura más abierta, participativa e innovadora, las reglas que protegen los intereses económicos de las industrias se refuerzan para evitar que eso avance.
Con respecto a las ganancias de las industrias culturales, Sunde remarcó que superan los ingresos que generan las tabacaleras, petroleras y la venta de armas combinadas. Con respecto a las supuestas pérdidas de ganancias de estas empresas, el hacker sueco aseguró que «mientras más se piratea y se comparte, más plata ven estas industrias».
Por otro lado, preocupado por la cada vez mayor centralización de internet, apuntó hacia una de las empresas de tecnología más grandes del momento y asguró: «Facebook es la dictadura más grande del mundo», debido a los millones de usuarios que tiene la red social y al hecho de que Mark Zuckerberg es quien impone sus reglas.
Luego de las exposiciones hubo una interesante participación del público del Foro, debido quizás a que era el único panel de la jornada. Es importante destacar que el moderador de ambos encuentros fue el periodista y Licenciado en Comunicación, Esteban Magnani, quien articuló con éxito la participación de todos los panelistas y del público, haciendo cumplir los tiempos pero dando el espacio para la diversidad de voces en las intervenciones.
El cierre fue la lectura de conclusiones y de la Agenda de la Cultura Digital, sobre lo que se seguirá debatiendo para pensar en la implementación de políticas públicas que retomen lo dicho durante el Foro.