«La tecnología de acceso a granel es indiscriminadamente corrosiva de la privacidad online y afecta a la propia esencia del derecho» garantizado en tratados internacionales, afirma un documento oficial presentado en las Naciones Unidas.
El relator especial sobre contra terrorismo y derechos humanos de Naciones Unidas, Ben Emmerson, presentó el miércoles pasado un informe formal ante la Asamblea General en el que condena al ciberespionaje masivo en Internet por violar el derecho a la privacidad, garantizado en tratados y convenciones internacionales.
«La dura verdad es que el uso de la tecnología de vigilancia masiva suprime efectivamente el derecho a la privacidad de las comunicaciones en Internet por completo», señala el informe, elaborado como una respuesta a las filtraciones del ex técnico de inteligencia Edward Snowden sobre los programas de espionaje electrónico de la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (NSA).
En el informe, el relator distingue entre la «vigilancia específica», que «depende de la existencia de una sospecha previa sobre el individuo o la organización específica», y la «vigilancia masiva», en la que Estados con altos grados de penetración de Internet y telefonía móvil espían a «un ilimitado número de usuarios» sin que exista «ninguna sospecha previa».
En este último caso, «las comunicaciones de literalmente cada usuario de Internet están potencialmente abiertas para la inspección de agencias legales y de inteligencia de los Estados concernidos», señala el reporte.
El texto del relator indica que esta vigilancia masiva viola en principio el Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos, un tratado aprobado por la Asamblea General en 1966, que en su Artículo 17º garantiza el derecho a la privacidad de las personas al establecer que «los individuos tienen derecho a compartir información e ideas con otros sin la interferencia del Estado, con la certeza de que sus comunicaciones serán leídas sólo por sus destinatarios».
En este sentido, el informe sostiene que «la tecnología de acceso a granel es indiscriminadamente corrosiva de la privacidad online y afecta a la propia esencia del derecho garantizado por el Artículo 17. A falta de una derogación formal por parte de los Estados de las obligaciones en virtud del Pacto, estos programas representan un desafío directo y permanente a una norma establecida del derecho internacional».
Los documentos secretos revelados por Snowden dieron cuenta de una serie de programas de espionaje emprendidos por la NSA y sus socios más cercanos: las agencias de inteligencia de Gran Bretaña, Canadá, Nueva Zelanda y Australia, miembros de un grupo denominado «Cinco Ojos».
Este grupo de países utiliza diversos métodos para acceder a las comunicaciones electrónicas de personas de distintos países, entre ellas el acceso a cables submarinos por los que viajan las comunicaciones, la intrusión de computadoras a distancia a través de malware, la intercepción del envío de routers para introducirles programas de escuchas, el almacenamiento de los metadatos de las llamadas telefónicas, o el acceso a los servidores de las grandes empresas de Internet.