Se espera que esta modificación comience a estar vigente a partir de las elecciones de 2017.
El ejecutivo envió al Congreso un proyecto de reforma electoral que tiene como uno de sus objetivos centrales la implementación del voto electrónico. Se espera que estos cambios, que incluyen a la Boleta Única Electrónica, comiencen a estar vigentes a partir de las elecciones legislativas de 2017.
Luego de la experiencia realizada en la Ciudad de Buenos Aires, el presidente Mauricio Macri aseguró durante el anuncio del proyecto que el sistema de votación electrónico es “transparente, equitativo y del siglo XXI” y que “servirá como una ayuda para unir a los argentinos”.
La reforma, que se dividirá en dos etapas, busca que se eliminen las listas colectoras y se sume un procedimiento para el control de los delitos electorales. Además, impulsa la implementación de un debate obligatorio entre candidatos presidenciales y reglamentaciones sobre el traspaso de mando. En su segunda etapa, se debatirá la ley de financiamiento partidario y la creación de un órgano electoral autónomo.
Pese a que desde el gobierno se asegura que la implementación del voto electrónico implicaría numerosas ventajas, la medida -que afecta un derecho civil fundamental como es el voto- es fuertemente cuestionada debido a la falta de seguridad que ofrece esta tecnología, los esfuerzos requeridos para su correcta implementación y las capacitaciones que deben realizarse para que la iniciativa sea exitosa. Además, desde diversos sectores argumentan que, de esta manera, el voto no podría ser fiscalizado por cualquier ciudadano ya que con saber leer y escribir no es suficiente para poder hacerlo.
Según un artículo de Juan Pablo Ruiz Nicolini en la Revista Fibra, muchas de las críticas a este sistema se fundan en las fallidas experiencias de diferentes países. Para tomar un caso, en Holanda “se revirtió el uso del sistema electrónico luego de que un grupo autodenominado “We dont´t trust voting computers” (“No confiamos en las máquinas de votación”) dejara al descubierto la facilidad con la que puede tener cualquier persona acceso a los equipos y la frágil estructura de seguridad sobre la que se organizó esta experiencia”.
Además, Ruiz Nicolini agrega que “Las reglas no son neutrales, son distributivas. En un contexto democrático, quienes impulsan las reformas probablemente están buscando maximizar su cuota de poder; pero al mismo tiempo necesitarán legitimar las reglas a partir de las cuales promueven ese objetivo”.
Al ser consultado sobre el tema, el Director del Centro de Observación electoral (OEA), Gerardo de Icaza, aseguró a Infobae que “la correcta utilización de la tecnología en las elecciones es algo positivo. Para que esto sea exitoso, todos los involucrados en la implementación, configuración y preparación de esta innovación, la que sea, tienen que tener las herramientas para hacerlo de manera correcta. Herramientas financieras, recursos humanos que lo hagan de una manera correcta”.