«Finalizamos el proceso de instalación de 28 nodos de la Red Federal de Fibra Óptica, que mejorarán sustancialmente el tráfico de internet en distintas regiones de la Argentina. Nuestros nuevos nodos, además de aumentar el tráfico, son sustentables, ya que disminuyen la huella de carbono, al escoger tecnología que aumenta la eficiencia energética un 50%», detalla un comunicado de Arsat.

Arsat lleva tendidos 40.000km de fibra óptica que recorren el país de norte a sur y un total de 700 nodos en todo el territorio nacional. El despliegue de equipamiento de la red IP CORE permitirá darle mayor conectividad a las pequeñas y medianas empresas, cooperativas y proveedores de servicios de internet (ISP) del interior del país cuya demanda hasta ahora no se podía satisfacer por completo.

La mejora del despliegue fue realizada en conjunto con el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) con fondos del Fideicomiso de Servicio Universal (FSU), que tiene entre sus principales objetivos achicar la brecha digital, ya que ARSAT llega a lugares donde no lo hacen las demás compañías de telecomunicaciones.

“El trabajo conjunto de ARSAT y ENACOM, liderado por la Jefatura de Gabinete, es central para lograr estos resultados, así como los avances en las otras áreas de trabajo, como el Centro Nacional de Datos y el nuevo satélite, que avanzan a paso firme” señaló Pablo Tognetti, presidente de ARSAT.

A su vez, Facundo Leal, Director de ARSAT, describió “el impacto positivo” que tendrá la inversión en tecnología con la finalización del proceso de despliegue de equipamiento de nuestra red IP CORE en 28 nodos a lo largo de toda Argentina para brindar mejor conectividad en todo el país”.

“Este hito que multiplica la capacidad de nuestra RED, significa mejorar el acceso a la conectividad para más argentinos. La directiva del Presidente de la Nación, de avanzar en la inclusión digital, la democratización del acceso a la banda ancha y la digitalización de la economía, nos exige estar a la altura de los desafíos” destacó Leal.

También hizo hincapié en que la tecnología desplegada hará posible la reducción de los consumos energéticos por bit en un 50 % y la ocupación del espacio físico en sitios de red a la mitad, al mismo tiempo que afrontar los crecimientos de tráfico previstos a futuro con interfaces de mayor capacidad.