De consagrarse ganadora en el ballotage del próximo domingo, Dilma Rousseff planea universalizar el acceso a la banda ancha de Brasil con el fin de llegar al 90 por ciento de los hogares por medio de fibra óptica para 2018.
Rousseff confirmó en una conferencia de prensa en la ciudad brasileña de San Pablo que Internet “es tan importante hoy en día para la gente como la electricidad”. Luego anunció el lanzamiento del Plan Banda Ancha Para Todos, que reemplaza al Plan Nacional de Banda Ancha (PNBL, por sus siglas en portugués), según informo la Agência Brasil.
La medida se da en el marco de los acuerdos públicos-privados y una inversión de 40.000 millones de reales, que equivalen a 16.192 millones de dólares. El dinero será de partidas presupuestarias, créditos fiscales y préstamos tasas de interés subsidiadas.
El objetivo es que en los próximos años se dupliquen las 150 millones de conexiones actuales y aumentar la velocidad promedio de 2,3 Mbps a 5,5 Mbps a 25 Mbps. El 10 por ciento de los hogares que no están incluidos en la proyección serán conectados por tecnologías alternativas, como satélite, 3G y 4G, entre otras.
En ese sentido, la mandataria indicó que desde su gobierno se demandará a los operadores que brinden un “paquete popular” de banda ancha fija con velocidades de 25 Mbps a 32 Mbps, acordes a los parámetros establecidos por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).