Se lleva a cabo en el Centro Cultural Borges.
Comenzó hoy por la mañana en la Ciudad de Buenos Aires la Conferencia Internacional de Software Libre 2014 (CISL), con un panel en el que representantes del Estado y el sector privado analizaron el presente del sector y las necesidades a futuro, de cara a lograr la soberanía tecnológica.
En este marco, la coordinadora general de Conectar Igualdad, Laura Pennaca, destacó el rol del sistema operativo libre Huayra en la «democratización del acceso al conocimiento».
«Huayra, que resignificó por completo a Conectar Igualdad, representa a un Estado soberano que se construye a sí mismo», sostuvo ante un repleto auditorio del Centro Cultural Borges.
«No nos pueden decir desde afuera qué programas debemos usar. Tenemos que desarrollar en función de las necesidades que tenemos y eso sólo puede hacerse desde el software libre», subrayó Pennaca.
Huayra Linux es uno de los dos sistemas operativos (el otro es Windows) que vienen instalados en las computadoras que el programa Conectar Igualdad reparte entre los estudiantes secundarios de las escuelas públicas de todo el país. Lanzado en septiembre de 2013, el sistema fue desarrollado en Argentina con el foco puesto en las necesidades de estudiantes y docentes.
Siguiendo la línea de Pënnaca, el coordinador general del Sistema de Televisión Digital, Osvaldo Nemirovsci, afirmó que «no se puede entender el desarrollo del software libre y las mejoras en la industria del software fuera de un contexto histórico como el actual, con la presencia de un gobierno que amplió derechos y construyó mas ciudadanía».
«Debemos impulsar la viabilidad económica de nuevos proyectos productivos basados en el software libre y tener como meta la soberanía tecnológica», sostuvo el funcionario.
El presidente de la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos (CESSI), José María Louzao, por su parte, resaltó el crecimiento que tuvo el sector en los últimos diez años, que «desde 2003 creció a tasas chinas, a un 16 por ciento, y las personas empleadas pasaron de cerca de 20 mill a unos 100 mil».
Desde el ámbito del software «se exportan más de 1.000 millones de dólares, más que la carne, aunque no tiene la misma visibilidad», agregó.
El dirigente empresario consideró que debe tenderse a la «transversalidad» entre sectores, y que es «fundamental» conocer la estructura productiva para saber qué software es el que se necesita.
Asimismo, Louzao dijo que los países de la región deben construir una alternativa regional a los modelos existentes en Estados Unidos (en donde las grandes empresas compran a las incipientes para apoderarse de su mercado), al de Europa (en donde se copian las experiencias de vanguardia norteamericanas), y al de Asia, donde se usan las patentes existentes para producir hardware de forma local.
«El software libre es el corazón de todo esto. La transformación nacional está ahí», detalló, y resaltó la necesidad de adoptar un modelo propio para que el país no se transforme en un desarrollador de «software soja».
Tras el panel de apertura, la quinta edición de la CISL se desarrollaba hoy con el foco puesto en el hardware abierto, un tema sobre el que exponían representantes locales, como el coordinador del proyecto CIAA, Ariel Lutenberg, y extranjeros, como el gurú de la informática Jon «Maddog» Hall.
Cada uno a su turno y con charlas de perfil más técnico, el ecuatoriano Paul Estrella y el sueco Andreas Olaffson explicaron cómo y para qué construyeron sus placas abiertas y económicas, una súper computadora de hasta 64 núcleos en el caso del sueco y un servidor de telefonía IP en el del ecuatoriano.
De forma paralelo, se desarrollaban en cinco salas una serie de talleres de carácter práctico sobre temáticas tecnológicas variadas, organizadas con el fin de brindar capacitaciones a los asistentes, según explicaron los organizadores.