La Estación Terrena Benavídez dirigió con éxito la última de las cinco maniobras de apogeo (AMF, por las siglas en inglés de Apogee Manouver Firing) que llevaron al primer satélite de telecomunicaciones argentino a la órbita.
Mientras que al principio el Arsat-1 se desplazaba en una órbita de 250 kilómetros de perigeo (el punto más bajo) y casi 36.000 de apogeo (el punto más alto), actualmente lo hace en una órbita cuya altitud en todos los puntos ronda los 35.736 kilómetros sobre el nivel del mar, detallaron en un comunicado.
Las AMF fueron precedidas por procedimientos de preparación, incluido el posicionamiento del satélite (que regularmente se encuentra orientado al Sol) en la dirección en que debe acelerado. Lo central de estas maniobras, que fueron cinco y se realizaron los días 18, 20, 22, 24 y 25 de este mes, consistió en la activación del motor principal del satélite en momentos de hallarse en el punto más alto de una órbita, lo que le permitió adquirir otras más altas y más circulares.
Las tres primeras maniobras, explicaron, fueron más largas que las dos últimas, orientadas a hacer una adquisición fina y final de la órbita geoestacionaria.
Mientras que la primera maniobra de encendido del motor de apogeo del Arsat-1 (que se realizó a dos días del lanzamiento) duró casi una hora, las últimas finalizaron apenas unos minutos después de iniciadas: la cuarta comenzó el pasado sábado a las 13.10 y concluyó las 13.13 y la quinta inició ayer domingo a las 11.51 y culminó 11.56, cinco minutos después, precisaron.
La estación de Benavídez, que contó desde el lanzamiento del satélite con la colaboración de estaciones terrenas de otras latitudes, tuvo a cargo de dirección de las cinco maniobras de AMF. El Ministerio destacó «la calidad» de ese trabajo «en cuanto a precisión en las operaciones y el seguimiento» y «el excelente funcionamiento del software de control interno del satélite, que en el caso del integrado al Arsat-1 es un desarrollo argentino».
La etapa de AMF finalizó al alcanzar el satélite la órbita geoestacionaria, que es casi circular, se desplaza en el mismo sentido en que rota la Tierra y tiene un período orbital igual al período de rotación de nuestro planeta, lo que hace que el control actual que tiene la estación Benavídez «pueda ser permanente».
Los siguientes pasos del Arsat-1 en el espacio incluyen la apertura completa de los paneles solares y de la antena reflectora con la que se brindarán los servicios.
Matías Bianchi, presidente de Arsat, dijo que con las operaciones de este domingo culminó «una etapa más del gran desafío de tener un satélite argentino brindando servicios de telecomunicaciones al país».
«No solo logramos desarrollar en la Argentina nuestro primer satélite GEO, sino que también conseguimos llegar a órbita geoestacionaria mediante operaciones que por primera vez dirige un país latinoamericano. En ARSAT nos hemos preparado mucho para esto y estamos muy conformes con los logros obtenidos hasta el momento», afirmó.
Bianchi felicitó «a los equipos técnicos» que colocaron al satélite en su órbita y señaló que ahora aguardan «nuevos retos», mientras gestionan ante la Unión Internacional de Telecomunicaciones la obtención de nuevas posiciones orbitales para la Argentina.
Cada paso «nos compromete aún más con la política de soberanía satelital de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, que han evidenciado una mirada de largo plazo sobre las telecomunicaciones, el desarrollo de la industria espacial argentina y la reducción de la brecha digital. Nada de todo esto sería posible sin la fuerte inversión del Ministerio de Planificación», sostuvo.
El Sistema Satelital Geoestacionario Argentino de Telecomunicaciones -del que el Arsat 1 es el primero-, implica el diseño y fabricación de tres satélites propios y su puesta en órbita y operación, para incrementar las capacidades del país en la materia, defender las posiciones orbitales asignadas al país e impulsar el desarrollo de la industria espacial.
El diseño de la huella del Arsat-1, que concentra su potencia máxima sobre el territorio nacional –incluyendo las bases antárticas e Islas Malvinas– permitirá brindar conectividad de igual calidad a todas las regiones del país, lo que lo enmarca en las políticas públicas para reducir la brecha digital.
Arsat, la empresa estatal creada en 2006 para desarrollar ese sistema, actualmente está a cargo de otros importantes proyectos de telecomunicaciones. El 98% de sus acciones -indica el comunicado- pertenecen al Ministerio de Planificación, Inversión Pública y Servicios, y el 2% restante al de Economía y Finanzas Públicas.