El Grupo Clarín anunció públicamente su intención de dividir en dos estructuras de negocios separadas partes su empresas controladas: por un lado Cablevisión Holdings S.A., controlando Cablevisión, Fibertel y Nextel; y por el otro, Grupo Clarín S.A., con sus empresas de diarios, radios, televisión abierta y contenidos.
Los motivos esgrimidos refieren a la necesidad de salir al mercado a buscar nuevo financiamiento, ante una voluntad manifiesta de expansión en el negocio móvil y que se materializó en la adquisición de Nextel y reciente compra de espectro asignado a UHF y que utilizará para el segmento móvil.
Los argumentos tienen sustentos financieros, en tanto la separación entre el mundo periodístico y el mundo telco es una arquitectura societaria habitual dentro las principales empresas del sector. Sin duda, la creación de dos holdings diferenciados, aun sin modificar la estructura de control, mejoraría la posibilidad de conseguir inversiones.
En lo que a la reorganización societaria refiere, llama la atención que la producción de contenidos haya quedado dentro de la órbita del Grupo Clarín en un contexto en donde Cablevisión apunta a vender contenidos a través de un portal propio.
Por otra parte, la noticia ha generado cierta suspicacia en torno, así esta jugada representa un golpe que, al menos, involucra dos bandas. Es que el reordenamiento societario separa las empresas donde el Grupo Clarín cuenta con el grupo Fintech como socio minoritario, empresa que recientemente ha adquirido el control de aquel viejo anhelo de Clarín: Telecom.
Los rumores crecieron, y tomaron otro cariz, a partir de la una curiosa interpretación regulatoria de la Secretaria de Promoción de Inversiones del Ministerio de Telecomunicaciones de Argentina, Clarisa Lifsic de Estol, quien mencionó que en el caso de que Cablevisión absorba Telecom, la empresa estará en condiciones de ofrecer video antes de 2018. «En ese caso, a primera vista no habrá ningún problema de regulación. Si es Telecom Argentina la que absorbe Cablevisión, la compañía fusionada no podrá hacerlo hasta 2018, cuando se abra el mercado para todos», dijo.
Más allá de la interpretación regulatoria, que permitiría a la empresa de telecomunicaciones mencionada ingresar al segmento audiovisual antes de la fecha prevista por el artículo 10 del Decreto 267, se desprende de las declaraciones que dicha absorción solo sería posible (o aceptable por el regulador) en caso de que los accionistas controlante de la empresa fusionada sean los controlantes del Grupo Clarín.