La Comisión Federal de Comunicaciones de los Estados Unidos (FCC) ha propuesto la aprobación de un subsidio mensual de 9.25 dólares para contribuir con el acceso a Internet de los hogares de bajos ingresos.

El regulador de las telecomunicaciones quiere reformar el programa anual LifeLine, dotado con 1.500 millones de dólares, para ayudar a los hogares de bajos recursos a acceder a tecnologías de telecomunicaciones. Creado bajo el mandato de Ronald Reagan en 1985, primero apuntó a telefonía fija y en 2008 se expandió a telefonía móvil.

En Lifeline participan más de 12 millones de hogares, que cuentan con una línea móvil de 250 minutos en llamadas y 1.000 mensajes de texto al mes. La ausencia de una conexión a Internet en dicho plan es la que ha hecho que se impulse la nueva propuesta.

Hasta ahora, los que tienen derecho a esa subvención de 9,25 dólares solo pueden usarlo para ayudar al pago de la factura de las llamadas de telefonía, pero se quiere extender el subsidio también a la banda ancha. La propuesta se votará el próximo 31 de marzo y se buscará fijar un presupuesto de 2.250 millones al año, que permitirá que más de 5 millones de hogares adicionales se aprovechen del programa.

La medida que se produce después de que la FCC extendiera hasta los 25 Mbps la velocidad del servicio de banda ancha universal que deben tener garantizados todos los ciudadanos.

La FCC estima que alrededor del 95% de los hogares estadounidenses con ingresos de 150.000 dólares tienen acceso a Internet de alta velocidad, mientras que menos de la mitad de los hogares con ingresos inferiores a 25.000 dólares tienen acceso a Internet en sus hogares.

En EE UU se ha acuñado incluso un término para denunciar el peligro de que esa brecha se amplíe en las nuevas generaciones. Se la denomina la «brecha de los deberes» porque la falta de acceso de banda ancha afecta negativamente a los estudiantes cuyas familias tienen rentas bajas porque la mayoría de los maestros asignan tareas escolares que requieren acceso a Internet.

Estados Unidos tiene además otros programas sociales para la generalización del uso de las tecnologías de la información. El proyecto ConnectHome, puesto en marcha por la Administración Obama, pretende llevar banda ancha a más de 275.000 hogares que acogen a 200.000 niños con dificultades económicas, ubicadas en veintisiete ciudades y poblaciones tribales de EE UU.