Son dos los equipos finalistas y están conformados por estudiantes de la Universidad Nacional de Rosario y la Universidad de Buenos Aires. El Mundial de Programación se llevará a cabe durante mayo en Tailandia.

Los estudiantes de las universidades nacionales de Rosario (UNR) y de Buenos Aires (UBA) que integran los dos equipos argentinos que en mayo participarán de la final de la Competencia Mundial de Programación (ICPC, en inglés) en Tailandia, valoraron el «trabajo en grupo» a la hora de resolver las pruebas y destacaron que Argentina brinda una «muy buena formación» en carreras informáticas.

«Una vez por semana como mínimo nos juntamos en la casa de alguno para entrenar y estamos casi diez horas seguidas», contó en diálogo con Télam Pablo Zimmermann, del equipo de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de la UNR, que también integran Leopoldo Taravilse, Mariano Crosetti y Martín Villagra.

La competencia mundial es organizada por la Association for Computing Machinery (ACM) y consiste en proponer soluciones y escribir programas que superen ciertas pruebas, a las que se les asigna un puntaje.

Los equipos participantes -de los cuales 17 representan a América Latina-, recibirán alrededor de diez problemas que deberán resolver en cinco horas, y resultará ganador aquel que solucione más en menos tiempo.

«Yo soy más lógico y uno de mis compañeros es más teórico, por eso es importante el trabajo en equipo, y además porque en la competencia solo nos dan una computadora por grupo para desarrollar el programa que luego resolverá las pruebas que nos presenten«, explicó Zimmermann.

Tanto su equipo como el de Miguel Maurizio, quien forma parte de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA junto a Agustin Santiago Gutiérrez, Sebastián Prillo y Alfredo Umfurer, se entrenan a través de una simulación de la prueba, tanto en tiempo (cinco horas) como en contenido.

Ambos estudiantes de Ciencias de la Computación tanto de la UBA como la UNR, que tienen entre 21 y 25 años, calificaron como «muy buena» la formación que reciben en la facultad, y aclararon que para esta competencia deben «entrenarse de manera particular«.

Los equipos de ambas universidades fueron elegidos tras obtener el primer y segundo lugar en las instancias clasificatorias regionales, que se realizaron en todo el mundo, y donde Argentina formó parte de la región Sudamérica Sur junto con Perú, Chile, Bolivia, Paraguay y Uruguay.

 

La ACM-ICPC es la más prestigiosa competencia a nivel internacional de programación y tiene como objetivo promover la creatividad, la innovación y el trabajo en equipo para el desarrollo de nuevos programas de computación, y permite a los alumnos testear su habilidad para actuar bajo presión, según informó el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación (Mincyt) en su sitio web.

Los equipos nacionales finalistas reciben el apoyo del Mincyt desde 2007 -cuando se creó la cartera-, que promueve que las Ciencias de la Computación estén presentes en la formación de la cultura general del país.
Según los científicos, desarrollar el «pensamiento computacional» contribuye a incrementar la capacidad de resolución de problemas, el pensamiento lógico, la capacidad de abstracción, y brindan plataformas que estimulan la creatividad de los usuarios.