Desde 2018, todas las plataformas de video online deberán pagar en Francia un 2 por ciento de sus ingresos para financiar la creación cinematográfica y audiovisual, un impuesto que se le cobrará incluso a aquellas empresas con sede en países extranjeros, como Youtube y Netfix, anunció hoy el Gobierno.
El decreto publicado hoy por el Ministerio de Cultura galo extiende la cobertura de la llamada «tasa de vídeo», que existe desde 1993 para los vídeos en soporte físico (VHS y DVD) y que en 2004 se había ampliado a las empresas francesas de pago.
La aplicación desde el próximo 1 de enero del tributo es posible después del visto bueno de la Comisión Europea (CE) a dos decisiones adoptadas por el Parlamento francés en 2013 y en 2016. La primera de ellas, según recordó un despacho de EFE, era para cubrir las
plataformas de vídeos de pago instaladas en el extranjero, sobre la base de la facturación realizada con sus abonados en Francia.
La segunda era para las de vídeos mayoritariamente gratuitos -al margen del país donde estuvieran implantadas-, y tomando como base imponible los ingresos publicitarios que obtienen.
El objetivo es adaptar la legislación fiscal a las nuevas prácticas de consumo audiovisual y establecer una forma de equidad ante el impuesto entre todos los actores del sector.
«Es una medida simbólica fuerte para el mundo de la creación», consideró la ministra de Cultura, Françoise Nyssen, para quien la iniciativa constituye «una nueva etapa en la integración de las plataformas de vídeo en el ecosistema de financiación de las obras francesas y europeas».
La funcionaria recordó que en Francia el sistema de apoyos al sector audiovisual desde la creación del Centro Nacional de Cinematografía hace más de 70 años se basa en que «todos los difusores financian la creación».