SAN ANSELMO, CA - DECEMBER 07: A computer screen displays the newly launched Google eBooks online bookstore on December 7, 2010 in San Anselmo, California. Google's much anticipated Internet bookstore launched Monday in the U.S. and features a portion of the 15 million printed books that Google has scanned into its digital archive along with new releases from nearly 4,000 publishers. (Photo Illustration by Justin Sullivan/Getty Images)

La Corte de Apelaciones de Manhattan rechazó los argumentos del Sindicato de Autores en un fallo unánime que cerraría una disputa que ya lleva 10 años.

Los jueces concluyeron que los fragmentos mostrados por Google Books representan un uso transformador de la información y que no viola leyes de copyright. Según este fallo, la reproducción de fragmentos de libros, que en suma no supera el 16% de cada volumen, «no amenaza a los dueños de los derechos», ni disminuye su posibilidad de obtener ganancias.

La Corte sostuvo además que «Google ha construido la prestación de fragmentos de manera tal que impide que constituya una sustitución capaz de competir eficazmente con los libros de los demandantes».

La medida ratifica el fallo del juez Denny Chin de noviembre de 2013, quien había desestimado el caso considerando que los contenidos de Google Books eran «Fair Use» en los términos de la legislación norteamericana de copyright.

Según afirmaba Chin en su sentencia, «Google Books ofrece importantes beneficios para el público. Avanza el progreso de las artes y las ciencias, además de mantener consideración respetuosa por los derechos de los autores y creativos, sin impactar los derechos de copia de los mismos».

Tras conocerse el fallo el viernes pasado, Google se manifestó «complacida de que la corte haya confirmado que el proyecto es ‘fair use’, una especie de fichero de la era digital», indicó un vocero de la empresa.

Google Books ya escaneó unos 10 millones de libros, incluyendo material de bibliotecas, universidades y centros de investigación de todo el mundo. El proyecto generó controversia desde el inicio, y a un año de su lanzamiento en 2005, fue demandado por el sindicato de autores de Estados Unidos junto a algunos editores y autores particulares.