El servicio Google Fiber que brinda conexión a Internet de alta velocidad en algunas ciudades de Estados Unidos comenzó a enviar multas a clientes sospechados de descargar contenidos protegidos por derechos de autor, según denunció un sitio especializado.
Google interpreta a las multas automáticas, que oscilan entre los 20 y los 300 dólares, como acciones «preventivas» para evitar «mayores represalias«.
Una de las notificaciones que envió el gigante de Internet, en este caso en nombre de la discográfica alemana BMG, informó a un internauta que utilizará todos los medios legales disponibles para recuperar los costos y los honorarios de los abogados como resultado de cualquier acción judicial iniciada contra este cliente del servicio Fiber.
Otras notas de «advertencia«, según informó el sitio especializado Torrent Freak, enviadas la semana pasada informaron a sus titulares que sus cuentas habían sido utilizadas para realizar descargas ilegales.
Las «violaciones repetidas de las Condiciones del servicio puede dar lugar a medidas correctivas adoptadas en contra de su cuenta de Google Fiber, incluyendo la posible terminación de su servicio», advirtió Google en ellas.
«Cuando Google Fiber recibe una queja de derechos de autor sobre una cuenta, pasamos toda la información que recibimos al titular de la cuenta señalada, para que sean conscientes de ello y puedan determinar la respuesta que es mejor para su situación», explicó Google.
Google Fiber es el servicio de Internet de alta velocidad con el que la multinacional estadounidense se metió en el terreno de la conectividad, al ofrecer conexiones de 1 GB por segundo a través de fibra óptica.
Mitch Stoltz, abogado de la organización Electronic Frontier Foundation (EFF), señaló que los proveedores de Internet deberían «revisar con cuidado» qué le envían a sus clientes, ya que no están obligados por ley a mandar estas multas en nombre de quienes reclaman derechos sobre ciertos contenidos.
«El problema con los avisos que exigen dinero de los clientes es que a menudo es engañosa. A menudo dan la impresión de que la persona cuyo nombre figura en la factura es legalmente responsable de toda infracción que pueda suceder en la conexión a Internet, lo que simplemente no es verdad», sostuvo.