Luego de casi diez años ayer por la tarde cerró el servicio de streaming que permitía escuchar música de manera gratuita. Fue un pionero al que siguieron aquellos que hoy dominan la transmisión de música en la web como Spotify, Deezer, Beats Music, Rhapsody y Rdio, entre otros. El juez que le dio el beso de la muerte es un conocido en estas pampas, Thomas Griesa.

Por Sebastián De Toma

Tras seis años de una dura batalla legal, los responsables de Grooveshark, Samuel Tarantino y Joshua Greenberg, decidieron cerrar el sitio. Esto ocurre luego de que el juez neoyorquino Thomas Griesa, dio a conocer su decisión: la empresa dueña del servicio de streaming, Escape Media, podría tener que pagar 736 millones de dólares a las demandantes por violar las leyes sobre derechos de autor.

Tarantino y Greenberg llegaron a un acuerdo con los sellos discográficos que impulsaron las causa, entre ellos Universal Music Group, Sony Music y Warner Music Group: no tendrán que pagar una compensación por los supuestos daños y perjuicios que estas compañías sufrieron pero tenían que dar de baja inmediatamente el sitio, borrar sus servidores de toda la música de las demandantes y entregando todo el contenido (web y aplicaciones móviles, básicamente)  del que tengan la propiedad intelectual. Si violan los términos de este acuerdo tendrán que pagar 75 millones de dólares.

La responsabilidad

Hasta ayer, los responsables del servicio utilizaron la protección legal «Digital Millennium Copyright Act» (una ley estadounidense de protección de los derechos de autor, mejor conocida por sus siglas, DMCA) que funciona en aquellos sitios web que alojan material de terceros con notificaciones y baja del contenido en caso de que viole los derechos de autor. Pero, según el juez, había evidencia irrefutable de infracción a partir de un correo electrónico interno difundido por Greenberg en 2007, en el cual le pedía a sus empleados que suban música en formato MP3 para ayudar a crecer en popularidad el servicio.

«Por favor, compartan toda la música posible fuera de la oficina. Este contenido inicial es lo que ayudará a comenzar nuestra red. Descarguen todos los MP3 como sea posible y agréguenlos a las carpetas que comparten en Grooveshark», pidió Greenberg en el correo electrónico a su equipo de trabajo.

El fin

La RIAA, Asociación de Industria Discográfica de Estados Unidos (por sus siglas en ingles), dio a conocer un comunicado en el que festejan la victoria. «Durante demasiado tiempo, Grooveshark desarrolló su negocio sin compensar adecuadamente a los artistas, compositores y todos aquellos que hacen posible la maravillosa música que hoy tenemos. Este acuerdo logra que una de las mayores fuentes de actividad ilegal se termine».

Grooveshark, por su parte, publicó un mensaje que aparece cuando uno ingresa al que hasta ayer era servicio de streaming, lo que seguramente sea parte del arreglo firmado con las discográficas, ya que piden perdón por utilizar contenidos sin pagar por los derechos correspondientes. “No contamos con licencias de los propietarios de los derechos para la gran cantidad de música disponible en el servicio. Estuvo mal. Pedimos perdón. Sin reservas”, declaran. Además, aconsejan a los usuarios de sus servicio a utilizar servicios que sí pagan derechos. «Si adoras la música y respetas a los artistas, a los que escriben canciones y a todos los que hacen posible la buena música, utiliza un servicio autorizado que compense a los artistas y otros poseedores de derechos», como Spotify, Deezer, Beats Music, Rhapsody y Rdio, entre otros.

grooveshark

Historia

Grooveshark fue fundada en 2006 por tres estudiantes de la Universidad de Florida, los mencionados y el colombiano Andres Barreto, conocido como el Mark Zuckerberg latino.

La página tenía 30 millones de usuarios, según sus responsables, y en el comunicado antes mencionado les agradecen por el apoyo brindado.

Ahora, al parecer, Grooveshark sólo sera parte de la memoria emotiva de muchos.

Grooveshark-interface