Figuras vinculadas al mundo del cine argentino como Alfredo Grassi, Manuel Antín, Juan Bautista Stagnaro y otros fueron homenajeados anoche durante el acto de conmemoración de los 50 años de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica, dependiente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa).
El encuentro, que tuvo lugar en el hall de la sede de la escuela, ubicada en la porteña esquina de Salta y Moreno, reunió a numerosos funcionarios de la actividad cultural y educativa, así como docentes, egresados, alumnos y periodismo, que compartieron momentos de recuerdo y emoción por la conmemoración.
La noche tuvo además como cierre la proyección, en copia nueva, de “La ñata contra el vidrio”, producción que reúne seis cortos realizados como trabajo de graduación de alumnos de aquella primera promoción, cuatro de los cuales recibieron el homenaje del centro educativo, al igual que su impulsor, Alfredo J. Grassi.
La escuela dependiente del Incaa es producto del texto de la Ley de Cine promulgada en 1957, pero que por distintas idas y venidas institucionales del organismo, sufrió sucesivas postergaciones de su apertura hasta 1965, cuando Grassi estaba al frente del Instituto Nacional de Cinematografía.
Compartieron la reunión numerosos invitados, más de 500, entre los cuales se recortaron cineastas, técnicos, docentes, compositores, y también periodistas, comoJuan Jose Jusid, Ricardo Wullicher, Hernán Gaffet, Eduardo Raspo, Raúl Tosso, Gustavo Mosquera R., David Blaustein, y Rodolfo Hermida, entre otros.
También lo hicieron funcionarios, como la Ministra de Cultura de la Nación, Teresa Parodi, el rector de la casa de estudios, Pablo Rovito, la titular del Incaa, Lucrecia Cardoso y el vice, Juan Esteban Buono Repetto, el presidente de RTA, Tristán Bauer, la diputada nacional Liliana Mazure y Vanessa Ragone, directora de IncaaTV.
“Fui alumno y egrese de esta escuela, fui docente y me toca ser rector justo en su cincuentenario, iniciamos el festejo con una mirada hacia el futuro, con las sedes de la Enerc en las regiones del NEA y NOA, y mirando hacia atrás, a quienes hicieron posible la escuela en su tiempo”, expresó Pablo Rovito en diálogo con la agencia Télam.
Rovito explicó que ya egresaron más de 1000 cineastas de la escuela, de los casi dos mil que pasaron por sus aulas, primero en la calle Lima, donde funciona el Incaa, luego en un viejo edificio de la calle Salta al 400 y finalmente en esta sede propia actual puesta en marcha en 1997, donde antes funcionó una proveeduría textil.
“Me parece que en términos institucionales lo más importante es la creación de subsedes regionales, a caballo de lo que significa la de Servicios de Comunicación Audiovisual, que precisamente cambió el mapa audiovisual del país, que rompió la centralización de la producción que había en Buenos Aires, y creo que son un hito para la escuela”, dijo.
Rovito apuesta fuerte por la federalización de la tarea docente y asegura que“esperamos antes de fin de año abrir las subsedes de Patagonia y Cuyo, al principio hicimos un esquema de cinco escuelas y si me preguntan me gustaría tener una en cada provincia, pero tal vez no sea para ahora sino para más delante”.
“La digitalización trajo una ventaja palpable que es la democratización del acceso a los medios, ahora el sistema digital te permite acceder más fácilmente, y este mapa audiovisual no centralizado en Buenos Aires tiene que ver también con esta realidad: ahora se puede filmar en casi todos los lugares que tenga un equipo básico”, aseguró.
Para Rovito, “el cine, por sus propia complejidad industrial, matrizó tiempos de reflexión complejos, y esos tiempos se acortaron, por lo que creo que hay que entender que la reflexión no hay que eliminarla, porque el problema no era el tiempo que podía necesitar un equipo complejo sino el proceso de reflexión que necesita el proceso creativo”.
En el acto se entregaron reconocimientos a Alfredo J. Grassi, quien abrió el primer curso de la Enerc en 1965 durante su gestión como director en el Instituto Nacional de Cinematografía, durante el gobierno a Arturo Illia, cuatro de los alumnos de aquella primera camada, Daniel Pires Mateus, René Palacios More, Juan Bautista Stagnaro y Hugo Quintana, que expresaron su emoción en el escenario montado para la ocasión, y también a Manuel Antín, instructor en aquellos tiempos, así como el recuerdo por los que ya no están, Jorge Enrique Freeland y Ricardo García Olivieri.
También se descubrió una placa conmemorativa, tarea que estuvo a cargo de la ministra Teresa Parodi, quien se refirió emocionada al significado de esta escuela para la cultura nacional, y Lucrecia Cardoso, que subrayó no solo la tarea educativa de la institución sino la importancia que tiene en el actual proyecto nacional impulsado, hace más de una década por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, una apuesta tanto por el presente como por el futuro.
La ocasión sirvió además para la firma de un convenio entre el titular de la Enerc y el representante de la Academia de Cine de Beijing, una manera de establecer lazos culturales de intercambio entre ambas instituciones dedicadas a la enseñanza de cine, como resultado de los acuerdos que China y Argentina vienen realizando en los últimos tiempos.