Desde su lanzamiento hace 3 años, la pequeña computadora de hardware abierto Raspberry Pi superó los 5 millones de unidades vendidas «para convertirse en el equipo británico de venta más rápida», explicaron hoy sus creadores.
El dispositivo de bajo costo creado para estimular la enseñanza de ciencias de la computación obtuvo una gran demanda por parte de aficionados, instituciones educativas y de empresas para desarrollos propios.
«La Fundación Raspberry Pi es una organización benéfica. Eso quiere decir que personalmente no obtenemos beneficios de Pi, todos los beneficios van hacia nuestra misión educativa y a investigación y desarrollo», explicó Liz Upton, directora de comunicaciones de la Fundación en un comunicado.
«Las cinco millones de compras significan que somos capaces de formar a los profesores de forma gratuita; proporcionar recursos educativos gratuitos; financiar proyectos de código abierto», destacó.
A principios de febrero, la organización lanzó una nueva versión, la «Raspberry Pi 2», con mejoras en su rendimiento y reducción de su tamaño, sin sobrepasar el costo inicial de 35 dólares (unos 305 pesos).
El módulo consta de un procesador de cuatro núcleos a 900 MHz, 1 GB de memoria RAM, cuatro puertos USB, salida de audio, conector para Internet y HDMI, más la capacidad para insertar una memoria microSD.
Se trata de una plaqueta a la cual es posible conectar una pantalla (monitor o televisor), sumarle una cámara, un teclado, un mouse e instalarle algún sistema operativo compatible para su funcionamiento.
Si bien es capaz de realizar las operaciones básicas de cualquier computadora, su propósito también es que cada usuario pueda realizar proyectos propios de experimentación.
Entre las opciones destacadas en el sitio oficial se encuentra la adaptación de la computadora para realizar monitoreos de seguridad en propiedades, un módulo para reproducir contenido multimedia, diversos desarrollos de videojuegos, autos a control remoto, reproductores de audio, pequeños robots, entre otros.
La mayoría de las creaciones basadas en Raspberry Pi cuentan con una serie de accesorios, creados y adaptados por los propios aficionados, para lograr con eficacia su objetivo.
La Fundación ofrece en su página web una serie de recursos para profesores y alumnos que quieran aprender a programar o a desarrollar sus propias creaciones mediante clases virtuales.