Tv por cable, internet, telefonía móvil y telefonía fija serán los servicios que agrupará el nuevo gigante del mercado de las telecomunicaciones. El negocio asciende a unos 80 mil millones de pesos por año y una cartera que supera los 25 millones de clientes al sumar las cuatro líneas de operación. ¿Cómo reaccionó la competencia?
La española Telefónica ha sido la más crítica del estrecho vínculo que une al CEO y accionista de Clarín, Héctor Magnetto, y al presidente Mauricio Macri. Sin embargo, se encuentra en una etapa de diálogo con el Gobierno, sobre todo desde que Oscar Aguad dejó el Ministerio de Comunicaciones para irse al de Defensa. El sector de las telecomunicaciones se siente más comprendido con un secretario de Comunicaciones, Héctor Huici, que sabe del negocio, aunque lamenta haber perdido el rango de ministerio.
En Telefónica reclaman que la fusión Telecom/Cablevisión se adecue a la ley y no viceversa. Los españoles dicen que Macri ya ha adecuado varias normas a gusto de Clarín en este último año y medio. En primer lugar, Telefónica advierte de que las operadoras celulares de las empresas fusionadas, Personal y Nextel, superarán ampliamente el tope de espectro permitido. Pide que primero devuelvan el excedente y sólo después se distribuya banda móvil para adecuarla a las crecientes necesidades de los usuarios. En segundo término, reclama que se nivele la cancha: la legislación actual establece que las cableras ya pueden ofrecen telefonía en todo el país, mientras que las telefónicas sólo podrán dar TV desde enero próximo en las tres principales ciudades del país, Buenos Aires, Córdoba y Rosario.
Tercero, el grupo español que preside José María Álvarez-Pallete pide que se elimine la barrera que impide a las telefónicas y cableras entrar al negocio de la TV satelital y viceversa. Tanto Telefónica como Claro, la compañía de la mexicana América Móvil, propiedad de Carlos Slim, cuentan con satélites con los que podrían ofrecer de inmediato el servicio, sin necesidad de comprar la filial de DirecTV, que a su vez pertenece al gigante norteamericano AT&T. En su momento se había especulado con que alguna de las dos podría comprar esta operadora de TV satelital, pero en los últimos días lo que se rumoreó fue que AT&T, dueña del grupo de medios Time Warner, podría quedarse con la filial argentina de Telefónica. Eso sí: AT&T también está muy endeudada. Y aunque la Argentina lejos está de ser un mercado descomunal, tanto para la estadounidense como para los españoles resulta relevante.
El Gobierno viene prometiendo una desregulación total a partir de la fusión. Si eso alcanza a la TV satelital, los que lo lamentarán son las cableras Telecentro, de Alberto Pierri, y Supercanal, de Daniel Vila y José Luis Manzano. Porque sus empresas serían menos apetecibles de ser adquiridas por unas telefónicas con acceso a satélites propios. Por las dudas, Telecentro está expandiéndose en forma veloz en la zona norte del Gran Buenos Aires. En el grupo de Magnetto también recelan: “Si las dejan dar TV satelital, no van a invertir en banda ancha fija”.
Telefónica también alza la voz por la cuota de mercado que tendrá la nueva Telecom, controlada por Clarín, en determinadas ciudades como Córdoba, donde dominaría el 95% del negocio de banda ancha. Los españoles, en lugar de reclamar que la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia obligue a vender allí una parte del negocio, piden que la firma de Clarín se vea obligaba a alquilarles la red. En las huestes de Magnetto replican que lo que no quiere Telefónica es invertir para comprar o construir fibra óptica. Además alegan que el negocio de la banda ancha fija converge con el de la móvil y que en Córdoba Claro domina el 60% del mercado celular.
La firma europea contesta que invertirá este año 10.746 millones de pesos, unos 615 millones de dólares actuales, en el despliegue de tecnología 4G para celulares y de red de fibra óptica, con la que ahora ofrece Internet pero en el futuro cercano dará TV. El ritmo de inversión será similar en 2018 y 2019.
Claro prevé invertir 400 millones de dólares anuales, no sólo en telefonía celular sino también en expandir su pequeña red de fibra óptica en la zona norte del conurbano bonaerense. En la compañía mexicana sostienen que así podrán ofrecer un servicio más rápido que los de Telefónica y Telecom, que en general tienen cables de cobre, y el de Cablevisión, que cuenta con una red híbrida de fibra y cable coaxial. Los ejecutivos de Claro en la Argentina festejan la fusión. ¿Por qué? Porque así están convenciendo con más facilidad a su casa matriz de que hay que aumentar la inversión en este país para enfrentar a Clarín.
Mientras el grupo de Magnetto considera que el futuro está en la banda ancha móvil, el de Slim apuesta por la fija. Pero está claro que el servicio de Internet será la clave porque los consumidores jóvenes cada vez más quieren sólo eso para contratar a las empresas que proporcionan contenidos, las over-the-top (OTT), como Netflix. Por allí circulan consumen YouTube, Facebook, Whatsapp, Instagram o Snapchat. La Internet de las cosas, con la que se manejarán desde autos hasta electrodomésticos, aumentará la demanda de banda ancha. Mientras, está de moda el cord-cutting, el corte de cable. De hecho, el servicio de TV de Cablevisión perdió el año pasado clientes por primera vez. Por eso a Claro no lo desvela la operación de televisión, al menos en la Argentina.
Fuente: Perfil