A raíz del decomiso de radios comunitarias efectuado por el Ministerio de Comunicaciones, Revista Fibra dialogó con Gustavo Cibreiro, de la Unión de Comunicadores Audiovisuales y Afines (UCAYA). «Es un claro mensaje para el sector: no solo me voy a llevar los equipos sino que además todos van a ir presos», sostuvo.
En el día de ayer el Ministerio de Comunicaciones dirigido por Oscar Aguad, avalado por una orden judicial amparada en la nueva normativa del sector, llevó adelante decomisos a dos radios comunitarias del oeste del conurbano bonaerense: Radio M 104.1 de Virrey del Pino y 87.7 FM Fórmula de Merlo. Ambos responsables de las emisoras fueron detenidos por las fuerzas policiales.
Al ser consultado por Revista Fibra sobre lo acontecido, Tavo Cibreiro, de la Unión de Comunicadores Audiovisuales y Afines (UCAYA) explicó que «se puso en funcionamiento un protocolo que se diseñó durante los últimos meses del año pasado que habla específicamente de las interferencias entre una FM y la actividad aerocomercial. Esto hace que la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual deje de legislar la actividad y pone por arriba al Código Penal. Según este accionar, el dueño de la radio pone en riesgo a los pasajeros que están volando entonces ahí desaparece la Ley de Medios. A partir de esto no solo se decomisa a las emisoras sino que, además, se les abre una causa penal a los referentes de las radios».
Cibreiro también explicó que, antes de la gestión de Cambiemos, el Estado generaba ámbitos de charla para «poder resolver esas cuestiones, para que los vuelos no tengan esa interferencia y para que las radios puedan seguir existiendo. Aquí lo que sucede es que se corta el diálogo», agregó.
Al consultarle sobre las políticas en materia de comunicaciones del gobierno de Mauricio Macri, Cibreiro sostuvo que «actualmente en la Argentina hay un cambio de paradigma. La comunicación dejó de ser un derecho para transformarse en una mercancía y cuando eso ocurre los poderosos utilizan algunas herramientas del Estado para allanarse el camino. Creemos que detrás de este caso puntual están los grupos hegemónicos de comunicación que buscan terminar con las voces disidentes no solo para acallar sino porque, además, quieren la pauta que corresponde a los medios comunitarios y vienen por eso».