Un fallo informático global interrumpió servicios esenciales, afectando transporte público, vuelos internacionales y operaciones de atención médica.

CrowdStrike emitió una actualización de software en los sistemas Microsoft Windows que desató el caos. La herramienta Falcon, diseñada para proteger archivos en la nube, fue la causante del problema.

Microsoft aseguró haber solucionado la “causa subyacente”, aunque algunos servicios aún sufren interrupciones. Se están implementando mitigaciones adicionales para aliviar la situación.

Los sectores más afectados incluyen bancos, servicios médicos y la infraestructura crítica. El Servicio Nacional de Salud del Reino Unido y centros de salud en Alemania enfrentaron grandes retrasos. Además, bancos y supermercados en Australia, Nueva Zelanda y el Reino Unido también se vieron impactados.

Las aerolíneas estadounidenses y de otros países tuvieron que retrasar y cancelar vuelos, afectando a miles de pasajeros. A nivel mundial, se cancelaron 1.390 vuelos, y la cifra sigue creciendo.

La Casa Blanca y el gobierno del Reino Unido están investigando el incidente y sus impactos.