Fue aprobado por unanimidad, con dictamen de las comisiones de Sistemas, Medios de Comunicación y Libertad de Expresión y de Presupuesto y Hacienda. Pasó a la Cámara de Diputados, que lo tratará el próximo martes.

El proyecto de ley fue anunciado en cadena nacional por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner el pasado 30 de septiembre, día del lanzamiento del segundo satélite geoestacionario argentino, el ARSAT-2. La iniciativa declara de interés nacional el desarrollo de la industria satelital como política de estado y de prioridad nacional y aprueba el Plan Satelital Geoestacionario Argentino 2015-2035, entre sus principales puntos.

El texto del proyecto establece que la empresa estatal de telecomunicaciones ARSAT tendrá a su cargo ejecutar las acciones necesarias para implementar el Plan Satelital. Entre sus obligaciones incluye la fabricación y lanzamiento de ocho nuevos satélites en los próximos 20 años, algunos para uso propio y otros para su venta.

Por otra parte, a partir de lo que dispone la Ley Argentina Digital, recae en la AFTIC la “administración, la gestión y el control de los recursos órbita-espectro correspondientes a redes satelitales”. Esto implica que la AFTIC deberá realizar las gestiones necesarias ante la Unión Internacional de Telecomunicaciones para obtener posiciones orbitales para los satélites argentinos.

Además, el proyecto de ley reserva para ARSAT el uso de las frecuencias 3G y 4G remanentes para telefonía móvil, que habían sido otorgadas a la firma Arlink S.A., del Grupo Vila-Manzano, en la subasta de 2014 pero la operación no se concretó por incumplimiento de la empresa.

En el artículo 14 del proyecto de ley se establece una mayoría calificada de dos tercios del Congreso para vender o transferir cualquier parte del 51% acciones Clase “A” que el Estado argentino posee en ARSAT.

El proyecto propone dar continuidad a las capacidades desarrolladas e instaladas en el país en la industria satelital y de telecomunicaciones, por un lado, y también incentivar la búsqueda de nuevas posiciones orbitales. También considera el rumbo de la industria espacial a nivel mundial al promover inversión en investigación y desarrollo para implementar los sistemas de propulsión eléctricos o híbridos en los próximos satélites.