Por Guillermo Pérez.

El gobierno sigue dando señales de disconformidad con el estado actual del servicio de telecomunicaciones móviles, poniendo de relieve que se trata de un servicio deficiente y (comparado con otros países) caro.

Poniendo un ojo sobre los niveles de concentración y la cantidad de empresas compitiendo, acude a un remedio siempre tentador por su efectividad: inyectar competencia.

Por un lado, busca un nuevo operador móvil para el mercado, tentando a importantes empresas extranjeras con el espectro que originalmente concursó Arlink (Grupo Vila-Manzano) y que, hasta el momento, sigue bajo la órbita de ARSAT (requiere ley para modificar mayorías).

Mientras las charlas con operadores continúan, sale a la palestra un nuevo reglamento para Operadores Móviles Virtuales publicada el 5 de mayo en el Boletín Oficial con Resolución 38/2016.

Cambios regulatorios

Esta Resolución deroga la reglamentación existente (Resolución 68/14) sobre la que ya hicimos referencia en el Nº 8 de Revista Fibra. A diferencia del reglamento anterior, el nuevo muestra mayor voluntad en acelerar los plazos de su aplicación en tanto en el artículo 2 de la resolución recientemente aprobada establece un plazo de 120 días para que las empresas de telefonía móvil presenten una Oferta de Interconexión de Referencia confeccionada de manera tal que no constituyan barreras de entrada y permanencia en el mercado de los Operadores Móviles Virtuales (OMVs).

Otra diferencia sustancial con la resolución anterior es que amplía la cantidad de espectro disponible para los OMV, generando mayor posibilidad de acceso de nuevos operadores.

Esto sucede en tanto:
a) Elimina la restricción del 5% de oferta del Operador Móvil con Red (OMR) por área local, impuesta -con nulos fundamentos- en el artículo 2 de la reglamentación anterior, ampliando la cantidad de espectro que las empresas de servicios móviles deberán ofertar.
b) Mientras que en la resolución anterior solo resultaba aplicable la oferta sobre los Servicios de Comunicaciones Móviles Avanzados (SCMA), la nueva resolución amplía la oferta a todos los servicios vigentes utilizados por las distintas empresa móviles (STM, SRMC, PCS, SCMA), con la llamativa exclusión de Nextel (SRCE).

A su vez, amplía la definición de OMV permitiendo el acceso a nuevos actores, al excluir la voluntad de las empresas de telecomunicaciones móviles sobre el acceso a sus redes (ver definición de OMV en Res. 68/14).

¿A quién apunta la nueva regulación?

La nueva regulación distingue entre OMV con y sin infraestructura. Dentro del primer grupo, se descarta a nuevos entrantes en tanto resulta poco probable que un operador realice fuertes inversiones de red para luego utilizar una plataforma mayorista (máxime sabiendo que el gobierno busca poner a disposición del mejor postor el espectro reservado para el nuevo entrante en la última licitación).

Quedan entonces como posibles candidatos los principales operadores de cable o cámaras afines (FECOSUR, CACPY, ATVC, etc), las que cuentan con redes propias. Pueden unificar una cantidad de tráfico que amortice los costos de agregación que requiere toda red móvil y pueden ofrecer localmente un servicio mas económico. La tentación de ofrecer un cuádruple play (4P) no debería ser subestimada.

Los OMVs sin infraestructura son una incógnita aun mayor. Dejando de lado las empresas creadas por las propias telcos para ofrecer servicios específicos apuntando a nichos, resulta evidente que el operador deberá contar con un plus propio que le permita ofrecer un servicio diferenciador al que solo se podrá acceder con ese OMV (que puede provenir desde terrenos lejanos al ya maduro mundo móvil).

Buenas intenciones y mucho escepticismo

Los avances hacia una nueva regulación para los OMV son evidentes. Como fue analizado en Revista Fibra, su regulación en España tuvo un buen impacto en el mercado sumando un share aproximado al 14% y con disminución en los precios medios del servicio.

Si bien resta conocer la Oferta de Interconexión de Referencia, el caso testigo señalado en el párrafo de arriba solo fue posible luego de establecer precios de acceso y de terminación que otorgaban a los OMV un margen de ganancia razonable.

Sin embargo, la incertidumbre no recae solo sobre la oferta. El mercado de telefonía móvil está considerado como maduro en términos de cantidad de líneas en servicio. Un nuevo operador debería ingresar a competir por clientes de las compañías que prestan ese servicio. El churn es efectivo, pero es sabido que al usuario le cuesta tomar la decisión… y atravesar las barreras. ¿Tendrá el mercado la bondad y el espacio para alojar a estos nuevos y vigorosos competidores?