La plataforma, online desde agosto, recibe unas 5.000 visitas diarias en sus buenos días, detalló el creador de la plataforma, y dijo que por el momento el grupo de cuatro físicos no tiene intenciones de hacer dinero porque concibe su creación como un servicio.

El investigador argentino Ezequiel Álvarez, creador de Qlink.it, la plataforma basada en la física cuántica que con un simple clic encripta un mensaje para luego enviarlo de forma segura, consideró que él y sus compañeros encontraron un mecanismo “topológicamente perfecto” para garantizar comunicaciones privadas, y que ese sistema es “lo mejor que hay, porque es muy simple y muy seguro”.

Al ingresar en el sitio qlink.it se ve una cuadro para escribir texto, donde se redacta un mensaje y se le puede adjuntar un archivo. Luego se aprieta un botón y la plataforma -cuyo uso es gratuito y no requiere crear una cuenta ni revelar datos personales- devuelve un link, que sólo puede abrirse una vez.

Ese link “es una llave (que descifra el mensaje) a la cual nosotros no tenemos acceso jamás. Qlink.it genera una llave al azar en función de la velocidad con la que tocás las teclas o movés el mouse. La genera, codifica el mensaje y nos lo manda a nosotros, pero no la llave, que te la muestra como un link”, explicó el físico teórico en diálogo con Télam.

“Vos la llave se la enviás al receptor a través de la forma que vos quieras: por WhatsApp, por mail, por Skype… Nosotros no tenemos ni idea de esa llave”, agregó.

Según consideró, esa separación es la clave del éxito del sistema: “El mensaje va por el servidor y la llave va por otro lado, que desconocemos. No sabemos quién genera la llave ni quién la recibe. Es topológicamente el mecanismo perfecto, por eso estamos tan entusiasmados, porque encontramos una vuelta y es súper simple de usar”.

La idea de hacer Qlink.it surgió como un resguardo para hacer frente a la falta de privacidad en las comunicaciones, una problemática de largo arrastre que quedó en evidencia como nunca antes desde que en 2013 salieron a la luz los programas de ciberespionaje masivo con los que un grupo de agencias de inteligencia -en particular la estadounidense NSA- tienen la posibilidad de registrar casi todo lo que se transmite por la web y por otras redes (chats, mails, llamadas telefónicas, etc,).

Qlink.it fue concebido en 2010, cuando unos familiares de Álvarez tenían una empresa en venta y necesitaban comunicarse de forma segura. En ese momento “se me ocurrió una versión muy rudimentaria, un link, que cuando lo usás se borra de manera automática”, explicó el investigador, y dijo que entonces desarrolló «el ABC del sistema, algo amateur que le sirvió a todo el mundo y todos quedaron muy satisfechos”.

Hoy en día, detrás del proyecto “somos cuatro físicos: yo, que sigo en el ámbito académico, y tres más, que tienen la compañía EasyTech.com.ar. Ellos han desarrollado gran parte de esto, después de la idea original”, explicó, y subrayó que ese ABC inicial “ahora, es todo un abecedario súper complejo. La versión que hay ahora es verdaderamente revolucionaria”.

Como investigador del Conicet, Álvarez se dedica a la teoría cuántica de campos, aunque asegura que para pensar este sistema de cifrado no le sirvieron sus investigaciones sino saber de mecánica cuántica.

Porque, así como “en la mecánica cuántica cuando uno mira una partícula hace colapsar su función de onda y el receptor puede saber, si la función de onda viene colapsada, si alguien en el medio intervino, hablando mal y de pronto”, en Qlink.it es muy sencillo saber si el mensaje fue intervenido: no se abre.

Atención! este qlink ya no existe”, avisa la pantalla de la plataforma cuando se cliquea por segunda vez un link que ya fue abierto. “En la encriptación no sólo es importante que el mensaje vaya codificado, sino también saber si alguien lo miró”, señaló Álvarez, y agregó: “La gente puede pensar: ‘para qué me sirve saber si me miraron el mensaje, si ya me lo miraron’. Pero no es así, saberlo es clave”.

Según consideró, esta función pone a los servicios de mensajería en jaque: “Ponele que al link lo mandás por Gmail, y que Gmail sea malvado y quiera mirar los mensajes, y se mete en el link. Pero se mete una sola vez y sabemos que si lo hace, está mirando los mensajes. Entonces no lo va a hacer porque sabe que lo vamos a saber. Es un jaque”.

Por eso, está seguro de que los grandes jugadores de la comunicación online no pueden ofrecer un servicio de este tipo “por una cuestión de topología. Porque el secreto acá está en que el que ofrece el servicio este no sea el mismo que transporta la llave. Si Yahoo! te ofrece un sistema como este, no es seguro, porque ellos estarían ofreciéndote la llave y llevándote el mensaje, entonces lo pueden mirar cuando quieren y volverlo a generar. Lo que lo hace seguro es la topología”.

La plataforma, online desde agosto, recibe unas 5.000 visitas diarias en sus buenos días, detalló Álvarez, y dijo que por el momento el grupo de cuatro físicos no tiene intenciones de hacer dinero porque concibe su creación como un servicio.

“Nosotros somos científicos y la satisfacción de hacer algo que esté bueno vale mucho, no tiene valor de dinero”, afirmó, y sostuvo que «por ahora es la satisfacción de contribuir y sentir que hicimos algo que puede llegar a cambiar el modo de usar la web es más que suficiente”.