La estrategia de la empresa es una reacción temprana a una tendencia en desarrollo a nivel mundial: la desagregación de infraestructuras en unidades de negocios separadas, que quedan habilitadas para la prestación de servicios mayoristas a operadores finales, tanto a los vinculados como a terceros.

Por Gustavo Fontanals (*)

Telefónica anunció la creación de Telxius, una nueva unidad de negocios independiente destinada a agrupar activos de infraestructura que la compañía controla alrededor del mundo. La nueva compañía irá integrando sitios y torres móviles, la red internacional de fibra óptica submarina del grupo Telefónica, y en forma progresiva redes cableadas y centros de datos, acorde a los procesos de desagregación de activos de sus filiales locales y de negocios. ¿Qué es lo que busca Telefónica con esta estrategia?

Telefónica está reaccionando en forma temprana a una tendencia en desarrollo a nivel mundial, y en la que se encuentra muy bien posicionada dada su presencia difundida con redes propias en más de 40 países de América y Europa. Se trata de la desagregación de infraestructuras en unidades de negocios separadas, que quedan habilitadas para la prestación de servicios mayoristas a operadores finales, tanto a los vinculados como a terceros. Esta medida le permite no sólo agrupar su infraestructura a nivel supra-nacional, desarrollando manejos integrales de escala que le permiten mejorar la eficiencia y abrir nuevos negocios con la prestación de servicios mayoristas, sino también en varios casos adelantarse y/o saltear regulaciones nacionales relativas a la dominancia o preponderancia de redes (como podría ser el caso de España).

Si la nueva propietaria de las redes es un compañía independiente, destinada en forma expresa a la prestación de servicios mayoristas a diversos operadores finales (incluyendo, pero sin privilegiar, a las operadoras vinculadas), entonces no le correspondería una regulación asimétrica por control sustancial sobre la infraestructura disponible en un país determinado. A su vez, sí puede sacar provecho de las economías de escala en la propiedad y operación de infraestructura, pasando ahora incluso a un nivel supra-nacional, regional o incluso de escala global. Así como también de sus ventajas de precedencia, dado que ya cuenta con redes difundidas con buena penetración territorial, que en parte desalientan desarrollos alternativos de redes de otras compañías, a las que puede brindar servicios. Por otro lado, estos activos agrupados y resguardados le permiten a la nueva compañía independiente buenas posibilidades de salida a la bolsa, y acceso a otras estrategias de gran financiamiento internacional, fundamentales en un negocio con altos costos hundidos y altas exigencias de inversión frente a la innovación tecnológica y las ambiciones de expansión. La compañía ya anunció, incluso, que este nuevo operador independiente le permitiría participar de manera más activa en oportunidades de crecimiento en el sector, incluyendo la incorporación de nuevos activos de terceros.

La separación funcional o estructural de infraestructura es un modelo que surgió a nivel mundial hace una década, con la imposición del regulador británico OFCOM a BT para la conformación de una unidad de infraestructura independiente (BT OpenReach), y que fue seguida en los últimos años en otros países del mundo, como Australia y Nueva Zelanda, también bajo el impulso del regulador, con modelos públicos o privados.

Pero Telefónica le da un paso más allá a la estrategia, adelantándose por decisión propia y haciendo provecho de su escala regional en América y Europa, así como de su red de cables submarinos, apuntando a conformar una operadora de infraestructura de red de alcance internacional. A nivel regional, Telefónica se adelanta y sobrepasa las estrategias parcialmente similares de American Tower y de Telesites/América Móvil, que se limitan básicamente al negocio de torres móviles y compartición de infraestructura, mientras que Telxius sumaría también redes cableadas y centros de datos, y se orienta a la prestación de servicios. Y se agrupa a la altura de los grandes Tier 1 internacionales, pero sumando la posibilidad de servicios finales en múltiples países.

La estrategia de Telefónica con Telxius parece una lectura correcta del desarrollo futuro del sector, en un negocio que por sus economías de red y de escala tiende indefectiblemente a la concentración, y en el que diversos reguladores nacionales se han inclinado en los últimos años por el impulso de operadores de redes mayoristas como forma de propiciar la competencia entre los operadores finales. Telefónica se ubica de motu propio en una posición que defiende el control y propiedad sobre su infraestructura, incluso con la posibilidad de absorber nuevos activos de terceros, a la vez que se abre las puertas a las oportunidades de servicios mayoristas o compartidos, sin por eso despreciar sus variados y rentables servicios minoristas actuales.

(*) Universidad de Buenos Aires. En Twitter @Phillynewrocker

Fuente de la imagen: Telefónica Global Solutions