Luego de que hiciera pública la compra de Nextel por parte del Grupo Clarín, diversos especialistas y medios de comunicación analizaron la operación y cuestionaron las consecuencias de la misma.

Por Carolina Martínez Elebi

Ayer se conoció la noticia de que el Grupo Clarín formalizó la adquisición del restante 51% de la operadora móvil, Nextel, luego de haber adquirido el primer 49% en septiembre del año pasado.

La novedad implica un fuerte impacto en el mercado de telecomunicaciones, que, a partir del decreto 267/2015, tienen prohibido ofrecer servicios audiovisuales por los próximos dos años, extensible a tres, lo que los pone en un lugar desigual de competencia.

Mientras que algunos medios sólo informaron que se había efectuado la compra, reproduciendo casi en su totalidad la nota publicada por el mismo Grupo en iEco, otros fueron más allá de la novedad y recordaron que «el ingreso del Grupo Clarín a la telefonía celular, que había empezado el año pasado con la compra del 49% de las acciones, fue motivo de una disputa judicial con el gobierno kirchnerista», tal como plantea Infobae.

La nota continúa haciendo un repaso cronológico que comienza con la resolución de la AFTIC que «anuló la operación al señalar que las compañías no habían pedido la autorización necesaria para cerrar el acuerdo» y que continuó con una medida cautelar de la empresa.

Infobae cita el comunicado en el que Cablevisión informa a la Bolsa de Comercio que Clarín ya había abonado en septiembre el valor por la totalidad de Nextel, pero que por razones regulatorias solo había tomado control del 49%. Finalmente, destaca que el motivo por el que podría asumir el control del 51% restante es porque el DNU 267/2015 se lo permitiría.

Por su parte, Diario BAE, del Grupo Crónica, fue más crítico con la adquisición de la empresa de telefonía móvil por parte del Grupo y tituló: «Clarín saca provecho de la nueva ley de medios y se queda con el 100% de Nextel».

En la nota, destacan que la compra del 49% que Clarín realizó en septiembre de 2015 fue gracias a «un fallo judicial favorable a la compra que dejaba atrás la embestida que había encarado contra la operación el Gobierno de Cristina Fernández». BAE también cita al especialista en medios e investigador del CONICET, Martín Becerra, quien «definió a la compra de parte de Nextel como un ‘paso obligado para hacer pie en un mercado estratégico. En telefonía móvil, Clarín no imponía su presencia».

Finalmente, el artículo de BAE Negocios hace referencia al espectro que Clarín necesitaría para que Nextel pueda competir en el mercado de la telefonía móvil y ofrecer servicio de datos. Sobre esto, recuerda a la porción del espectro que había adquirido Arlink (propiedad del Grupo Vila-Manzano) en la última licitación pero que retornó al Estado -asignado a ARSAT– debido a que la empresa no había pagado en tiempo y forma.

Según dice la nota, «el Gobierno ya habría pactado con Clarín las condiciones para adquirir ese espectro». Sin embargo, también aclara que «el grupo de multimedios tendrá que hacer un gran desembolso en el tendido de antenas e infraestructura».

Desde ámbito.com también citaron a Martín Becerra y titularon que «Nextel es ‘parte de un plan mayor’ de Clarín», ya que el doctor en Comunicación advirtió: «Dudo que Clarín se conforme con la participación reducida de Nextel».

Ese posible plan del Grupo, según Becerra, podría tener que ver con que, «si Telecom le alquilara espectro o utilidades, como si fuera un operador virtual móvil, alquilando capacidades a otras, podría tener una estrategia más agresiva en las telecomunicaciones, la crema del mercado». El especialista también recordó los pasos de Clarín en el sector cuando tenía CTI, «que luego vendió y al que siempre quiso reingresar».

El personaje que aparece en la nota de ámbito.com, y que no se repite en todos los medios, es David Martínez, de Fintech, que es dueño del 40% del Grupo Clarín, al ser socio en Cablevisión -a través de la que se hizo la compra de Nextel- y que «intenta oficializar su mayoría en Telecom».

Sebastián Premici de Página 12, también destacó el rol de Martínez en las intenciones de Clarín de fortalecerse en el mercado de las telecomunicaciones y recordó que «en octubre del año pasado, la AFTIC había determinado que Fintech, la empresa de Martínez, carecía de capacidad técnica para llevar adelante la gestión de una sociedad de telecomunicaciones»David Martínez, además de sus acciones en el Grupo, «posee títulos de deuda reestructurados por 1000 millones de dólares, aproximadamente», explican en Página 12.

Con respecto al espectro que podría pasar de ARSAT a Nextel (Clarín), el periodista aclara que «por ahora la ley que regula a Arsat le impediría a la empresa estatal arrendar su red a una firma privada». Sin embargo, ámbito.com agregó que «funcionarios de la actual administración dijeron que se volverán a licitar».

Página 12 también habló con el analista en TIC y docente de la UBA, Ricardo Beltrán, quien explicó: «El próximo paso de Clarín es avanzar sobre Telecom. Nextel no le sirve para la dimensión del negocio que pretende. Acá quedó comprobado que el macrismo está dispuesto a adaptar la letra de la ley de cualquier manera a favor de Clarín. Si esto se da, habrá dos monopolios con mismos accionistas (Clarín y Telecom)».

«A partir del cambio en la ley de medios y en la de telecomunicaciones, el Grupo Clarín no sólo no adecuará Cablevisión sino que además dará telefonía celular. Además las telefónicas deberán facilitar a los competidores como Nextel el acceso a su propia infraestructura de soporte, en especial postes, mástiles y ductos en condiciones de mercado, y si no hay acuerdo, intervendrá el ENACOM«, indica con un claro tono crítico ámbito.com.

El sitio online de Ámbito Financiero fue uno de los medios que le dio lugar a la voz de las telefónicas: «Cuando se conoció el DNU, las telefónicas opinaron que la norma ‘otorga una ventaja competitiva a las empresas de TV por cable porque les da un período de dos o tres años en que no tendrán competencia’. También señalaron que ‘la convergencia tecnológica implica que todos los servicios se presten en igualdad de condiciones, pero el abono de la telefonía fija está congelado desde 2001 y las prestadoras de TV por cable tienen la tarifa liberada'».

«El Grupo Clarín aumenta su guerra contra las operadoras de telefonía celular» fue el título de la nota de Andrés Sanguinetti, publicada en el Cronista, que comienza destacando la visita de Héctor Magnetto a la Casa de Gobierno para reunirse con el presidente Mauricio Macri -en su carácter de miembro de la Asociación Empresaria Argentina (AEA)- apenas un día antes del anuncio.

El Cronista también explicó por qué Clarín no comenzó a ofrecer telefonía fija -uno de los ejes del cuádruple play-, a pesar de estar habilitado para hacerlo: «Cablevisión tiene aval estatal desde hace ya varios años para brindar este sistema, lo cual no ha hecho aún porque el gobierno kirchnerista le negó sistemáticamente la entrega de numeración».

El diario La Nación, principal competidor del diario Clarín, intentó entrevistar a Nextel pero «la empresa evitó hacer declaraciones». Quienes sí se expresaron fueron las otras tres grandes empresas del mercado de telefonía que reconocieron al medio «que era sólo cuestión de tiempo para que se completara la compra y que falta definir aún si el Gobierno licitará nuevas franjas de 4G del espectro radioeléctrico, o si llegará a un acuerdo con la empresa estatal Arsat para que le permita el uso de la red».

De hecho, con respecto a los pasos a seguir del comprador de Nextel, La Nación explica que «según cálculos del Grupo Clarín, para montar una red móvil desde cero se requieren al menos US$ 1500 millones».

Pasadas 24 horas desde el anuncio, la noticia impactó tanto en el sector de telecomunicaciones como en el de los actuales competidores del Grupo Clarín que observan la adquisición de Nextel como un paso previo para hacerse fuerte en ese mercado. Si ENACOM no se pronuncia en contra de la adquisición, con el argumento de la convergencia, el escenario que se avecina será de un mercado cada vez más concentrado en cada vez menos manos.