Se llevará a cabo mañana 24 y el sábado 25 en la sede de la ex ESMA.

Con la presencia de sus organizadores, se anunció el 2º Encuentro Nacional “Protagonistas del Registro Ser Memoria“, organizado por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, que tendrá lugar los días 24 y 25 de octubre en la sede de la ex ESMA.

El Encuentro tiene relación con el programa Memoria Colectiva e Inclusión Social (Mecis), unidad organizativa que depende del Incaa, con coordinación general de Silvia Barales, un proyecto histórico inédito iniciado hace cinco años, a pedido de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, con coordinación técnica del cineasta y docente Gustavo Mosquera.

Participaron también Amelia Báez, subsecretaria de Derechos Humanos de la provincia de Misiones, que aportó su mirada como ella misma víctima de la última dictadura cívico-militar y la titular de Asociación de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Cuestiones Políticas, Lita Boitano.

Las dos jornadas reunirán a un centenar de trabajadores el campo audiovisual que tuvieron a su cargo, en todo el país, del registro de los juicios a culpables de delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar.

Según Silvia Barales, “hemos firmado 35 convenios en 22 provincias para el registro de 46 juicios, tarea que implico un sacrificio y responsabilidad. Venimos trabajando desde noviembre de 2009, articulando con las subsecretarías de Derechos humanos, las comisiones provinciales de La Memoria y las universidades nacionales”.

Y agregó que “asumimos con carácter verdaderamente federal la responsabilidad del registro de todo juicio la comisión de delitos de lesa humanidad,el registro profesional de todas las causas en máxima calidad que nos asegure una posterior guarda y conservación, material virgen que entrega el Incaa para el registro de la totalidad de la causa”.

“El registro profesional implica una mirada, una voz que conjuga el saber técnico con un compromiso institucional, sin el cual hubiera sido imposible llevar a cabo. Más de 15.000 horas de registro en todo el país nos hace partícipes legítimos de este pedazo de la historia negra de la Argentina, con sus historias aberrantes, sus testimonios dolorosos”, aseguró.

“Este trabajo colectivo continuará hasta el último juicio que se inicie y servirá para el conocimiento de futuras generaciones aquí y en el mundo; gracias a estos registros podremos acceder en el futuro a testimonios y declaraciones silenciadas de uno de los mayores genocidios perpetrados desde el Estado argentino”, dijo.

Por su parte, el autor de “Moebius” y “Lo que vendrá“, se refirió a la tarea a desplegar en estas dos jornadas de intercambio con los autores del interior del país y aseguró que el aprendizaje que tuvo en estos cinco años de trabajo es “imposible de explicar” y que “…mucho ha cambiado desde entonces”, aseguró.

“Cuando yo ingresé a esta escuela en 1989, con directivos puestos por la dictadura, todo tenía que ser disimulado: salíamos a filmar una película con cuidado y escribir guiones de tal manera que no se detectara realmente adónde queríamos llegar”, recordó.

“Y lo digo porque cuando ingresábamos por primera vez a la cabina de Comodoro Py para el registro de los juicios hace cinco años, teníamos que estar junto a cámarógrafos de la Policía Federal que grababan desde su particular ángulo lo que querían con cámaras VHS, y con una 9 mm. sobre la mesa”, agrega.

“Tuve la sensación de un ‘deja vu’ nefasto, estando en un periodo democrático y ahi comenzamos a pensar en cómo cambiar eso, poder llegar a registrar de la manera que nosotros creíamos que era correcto, no solo cambiando el nivel de tecnología. Una vez tuvimos que reconstruir algo nuestro y cuando pusimos el VHS grabado por la Federal había un episodio de Los Simpsons”, dijo.

Mosquera narró que “estas cosas que traigo a colación, que son tristes, esto era lo que nosotros teníamos que ver de que manera podíamos cambiar, cambiando equipos, que la cámara enfoque lo que corresponda. Nosotros nos propusimos registrar todo de la manera más fehaciente posible, lo cual fue toda una experiencia”.

“La idea de estas reuniones es proponer a quienes están haciendo esta tarea en el interior intercambien experiencias entre ellos y -añadió Mosquera- y que las expongan aquí, con lo bueno y lo malo que pueda haberse dado, para encarar en conjunto un camino con metas y de esa forma llegar a un material que, con la mejor calidad posible, pueda servir a futuras generaciones”.

“No hay ser humano que pueda quedar incólume a esta serie de testimonios, en sumo detalle, y cuando uno está frente al monitor y ve no solo a la persona que está testimoniando sino la cara del imputado, uno se da cuenta de que el que está testimoniando está diciendo la verdad“, añadió.

“Cuando filmamos la sentencia del Turco Julián, que la escucho moviendo la pierna, nosotros sabíamos que el sabía que era culpable. No hacia falta que lo dijera. El cuerpo hablaba por si mismo”, concluyó Mosquera.