La tecnología permite optimizar desde la planificación hasta la gestión diaria, logrando un uso más inteligente de los recursos sin afectar la calidad del servicio.

Telefónica está incorporando inteligencia artificial (IA) en sus redes de telecomunicaciones para reducir el consumo energético y mejorar la eficiencia operativa.

En la etapa de diseño, la IA ayuda a prever el tráfico con años de anticipación, evitando el sobreaprovisionamiento de infraestructura y reduciendo el gasto innecesario de energía. Además, mediante gemelos digitales, la compañía puede simular distintos escenarios para elegir la mejor arquitectura de refrigeración y suministro eléctrico en cada sitio.

Durante la operación, el aprendizaje automático permite ajustar el consumo según la demanda, apagando equipos en momentos de menor uso y optimizando sistemas de enfriamiento con mapas térmicos en 3D. Con esta estrategia, Telefónica ha logrado reducir hasta un 30% el consumo energético en algunos centros.

La empresa también colabora con organismos del sector y startups especializadas en IA para seguir avanzando en soluciones sostenibles. Según sus directivos, la clave está en aprovechar la tecnología como una herramienta para enfrentar los desafíos energéticos y seguir innovando en eficiencia.